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miércoles, 28 de febrero de 2018

Mitología Griega 4, Botticelli y Poussin

Mitología Griega 4, Titanomaquia

     En el post nº3 de esta serie, vimos el nacimiento de los dioses Olímpicos y a Zeus criado en Creta por, entre otros, la cabra Amaltea. También como los  hermanos de Zeus permanecían en el interior de Cronos, su padre, que los había devorado al nacer.

 

                Poussin siglo XVII, Zeus alimentado por la cabra Amaltea y por las ninfas

     En estos dos lienzos, ambos del pintor clasicista francés Nicolás Poussin, se narra el cuidado a Zeus (según Robert Graves) por parte de Adrastea, una ninfa del Fresno y su hermana Io, hijas de Meliseo, rey de Creta.

     En ambas pinturas, vemos como Adrastea e Io alimentan a Zeus niño ayudadas por un pastor o Curete, que en el primer cuadro sujeta a la cabra Amaltea mientras Zeus mama la leche de sus ubres con una ninfa del agua al fondo, y en el segundo una ninfa recoge miel de las colmenas, mientras las abejas  "trabajan" a su alrededor en tanto que el pastor ordeña a Amaltea y Adrastea alimenta a Zeus.

             Seguimos con Hesíodo:

     Creció rápidamente Zeus y engañado por Gea, Cronos expulsó al resto de sus hijos “Primero vomitó la piedra, última cosa que tragó…”. Luego Cronos vomitó a sus otros cinco hijos.

     Zeus liberó a los tres Cíclopes, sus tíos, “a los que insensatamente encadenó su padre (Urano)” y en agradecimiento, estos le regalaron  el llameante rayo, el trueno y el relámpago”. Zeus gobernó con ellos a “mortales e inmortales”.

     Vamos a ver como Hesíodo narra la brutal lucha entre los Titanes- otros  hijos de Gea y Urano- y los dioses Olímpicos, llamada Titanomaquia:

     Veamos que hacían los dioses:

     “Ya hacía tiempo que luchaban soportando dolorosas fatigas enfrentados unos contra otros a través de violentos combates, los dioses Titanes y los que nacieron de Cronos (los Olímpicos)….”

     Los tres Hecatónquiros, Coto, Briareo y Giges, monstruos de cincuenta cabezas y cien brazos, también hijos de Gea y Urano, a los que su padre “les ató con fuerte cadena receloso de su formidable vigor…”, fueron liberados y conducidos a la luz según indicaciones de Gea.

     Llevaban los dioses combatiendo en fatigosa lucha diez años y no se vislumbraba el final, permaneciendo el resultado indeciso, cuando Zeus les ofreció a los poderosos Hecatónquiros el néctar y la deliciosa ambrosía, los alimentos de los dioses, a estos les creció el pecho en ardorosa pasión” y le dijeron a Zeus:

     “…. Con corazón firme y resuelta decisión  defenderemos vuestro poder en terrible batalla luchando con los Titanes a través de violentos combates”.

     Y aquel mismo día “provocaron una lucha terrible, todos, hembras y varones, Titanes y los nacidos de Cronos (los dioses Olímpicos), estos apoyados por los tres Hecatónquiros  de los que “cien brazos salían agitadamente de sus hombros  y a cada uno cincuenta cabezas le nacían de los hombros sobre robustos miembros”.

     “Los Titanes, por otra parte afirmaron sus filas resueltamente. Unos y otros exhibían el poder de sus brazos y de su fuerza… Y la tierra retumbó con gran estruendo….”.

     Bueno, Zeus también contribuía “avanzando sin detenerse, los rayos junto con el trueno y el relámpago, volaban desde su poderosa mano…”.


                                  Gigantomaquia de Jordaens, siglo XVII

     Al final, claro, ganaron los Olímpicos, ya que los Hecatónquiros lanzaban sin respiro trescientas rocas, cubriendo con ellas a los Titanes, a los que enviaron bajo la tierra después de atarlos entre inexorables cadenas tan hondos bajo la tierra como está el cielo de la tierra, es decir a la distancia de un yunque cayendo nueve días, al décimo llegarían al Tártaro.

     Posteriormente hubo otra gran guerra llamada Gigantomaquia, en la que Heracles (el Hércules romano), ayudando a los Olímpicos tuvo una participación decisiva, ya que un mortal tenía que rematar a los gigantes, y Heracles, fue el elegido para esa misión.


                     Zeus y Alcmena. Giulio Romano, (alumno de Rafael). Siglo XVI,

     Heracles era otro de los hijos de Zeus con madre humana, en este caso de Alcmena, mujer de Anfitrión, rey de Tirinto (ciudad en el este del Peloponeso) , a la que Zeus engañó tomando la  apariencia de su esposo para yacer con ella, naciendo Heracles de esa relación.

     Hesíodo no nos narra la Gigantomaquia, aunque sí otra de menor calado entre Zeus y Tifón, la Tifonomaquia. Como es natural, en ambas venció Zeus, consolidándose como la gran autoridad entre humanos y dioses.

     Una vez consolidada la situación entre los dioses, veremos el nacimiento de algunos de los importantísimos y conocidos hijos del insaciable Zeus, en general fuera del matrimonio con Hera, su hermana y tradicional mujer.

     Antes que con su hermana Hera, Zeus se casó con la Titánide Metis paradigma de la astucia y diosa de la sabiduría.

     Metis, que tenía el poder de cambiar de forma, una vez embarazada fue tragada por Zeus para evitar que su primer hijo varón nacido tras su primera hija, según la profecía, le destronara.

     Pero a su debido tiempo, Zeus empezó a tener inmensos dolores de cabeza hasta que su hermano Hefesto se la abrió y salió…. Atenea de su cabeza  completamente armada. Hay métodos originales de nacer!!!, aunque con Dionisio también tiene tela….., ya lo veremos.


                          Estatua de Atenea en la avenida Blasco Ibáñez en Valencia.

     Hesíodo lo narra así: “ Y él, de su cabeza dio a luz a Atenea de ojos glaucos, terrible, belicosa, conductora de ejércitos, invencible y augusta, a la que le encantan los tumultos, guerras y batallas”.

     Tradicionalmente, a Atenea se le atribuyen varias características, como la de la inteligencia – por su madre Metis-, la virginidad –Atenea Partenos-, la guerrera- Atenea Promacos-, la victoriosa- Atenea Niké-, como diosa de la artesanía – ya hablaremos de Velázquez y su cuadro de Aracne, etc.

     Su nombre más usual, Palas Atenea, viene, según el historiador griego del siglo II a.c. Apolodoro, de que Atenea mató accidentalmente a su compañera de juegos Palas y como sentimiento, añadió su nombre delante del suyo.

     Los eruditos sugieren que de esta forma a Zeus se le incorporó la sabiduría y la astucia de Metis, como capacidad de discernir y prevenir comportamientos futuros, características que le harán falta a corto plazo.

     Sobre Atenea, vamos a comentar el cuadro de Botticelli de Palas y el Centauro, un lienzo encontrado en el florentino palacio Pitti a finales del siglo XIX, aunque Vasari ya lo nombró en el siglo XVI.


     Este cuadro, temple sobre lienzo, pintado en la década de los ochenta en el siglo XV, en la misma época en que pintó también el nacimiento de Venus y la Primavera, marca el final de la época de influencia Medici en su obra.

      En 1492 murió Lorenzo el Magnífico y el monje dominico Savonarola revolucionó la vida florentina expulsando a los Medici del poder y creando un ambiente de gran austeridad moral, por ejemplo con sus hogueras de las vanidades, del que Botticelli fue seguidor.

     En el cuadro hay dos figuras centrales, Palas Atenea y un centauro, con la usual idealización de rasgos y belleza con que Botticelli pinta a sus personajes.

     Hay dos interpretaciones usuales de este cuadro, una, la más extendida es que dado que Atenea completamente relajada sujeta  por el pelo al centauro, símbolo de la lujuria, y este aparece resignado, es el triunfo de la castidad sobre la lujuria. Hay que recordar la virginidad de Atenea…..

     Igualmente, al ser considerado el centauro como la manifestación mas baja del "genero humano", el cuadro es el triunfo de la sabiduría, representada por Atenea, sobre la ignorancia, representada por el centauro.

    Botticelli se toma la licencia de pintar a Atenea con una alabarda medieval en lugar de la típica lanza de la antigua Grecia, ambientando ese atributo de Atenea en la época en que fue pintado el cuadro. 

     Para el otro significado, dado que era  un encargo de los Medici en la década de los 80, hay que tener presente que la Florencia de Lorenzo el Magnífico se encontraba inmersa en la posibilidad de una guerra contra el papa Sixto IV, el de la Capilla Sixtina, aliado con Ferrante de Sicilia, por cierto Ferrante era hijo bastardo de nuestro Alfonso V de Aragón.

     Lorenzo se fue a Nápoles a negociar con Ferrante y pudo evitar la guerra, por lo que, quizás, el significado del cuadro es que la figura femenina, con el emblema de los Médici en todo el vestido y recubierta de ramas de olivo, símbolo de la paz, triunfa sobre el Centauro, también símbolo de la barbarie, armado con arco y flechas.



     Como curiosidad, los Médici tenían un emblema con tres círculos unidos con diamantes engarzados que es el dibujo con los tres círculos en forma de triángulo representado en el traje de Palas.


                      Reverso de una medalla de la familia Médici



                                      Modernos círculos de Borromeo

      Ese particular sistema de enlazar los círculos, es llamado círculos de Borromeo al estar en el escudo de la familia Borromeo en Milán en el siglo XV. Es la unión de los tres círculos de tal manera que si se soltase uno cualquiera de ellos los otros dos se separarían también. Ha sido muy estudiado por los matemáticos y físicos e incluso en el psicoanálisis en tiempos recientes, en fin, cosas curiosas que pasan……

                 Seguiremos hablando de Atenea ( y de Velazquez) en el próximo post…..

domingo, 11 de febrero de 2018

Mitología Griega 3, Rubens y Goya

     
     Después de haber visto el nacimiento del mundo, de los dioses preolímpicos y el de distintos personajes mitológicos, vamos a continuar con el nacimiento de los dioses llamados Olímpicos según, principalmente, Hesíodo.

“Rea entregada a Cronos, tuvo famosos hijos, Hestia, Deméter, Hera de áureas sandalias, el poderoso Hades que reside bajo la tierra con implacable corazón, el resonante Ennosigeo (Poseidón) y el prudente Zeus padre de dioses y hombres por cuyo trueno tiembla la anchurosa tierra”

     De esta manera Hesíodo nos narra el nacimiento de los dioses Olímpicos, así llamados por haber elegido el monte Olimpo, al noreste de Grecia, como residencia, aunque Hades, dios de los muertos, al vivir en el inframundo y no en el Olimpo, no se le suele considerar como Olímpico.



                                          Fotografía del monte Olimpo

     El Titán Cronos, sabedor por una profecía que sería destronado por la mano de su hijo, trataba de evitarlo tragandoselos tan pronto como su mujer Rea los paría. “Y Rea sufría terriblemente”.

     De este episodio, no demasiado presente en el arte, hay dos pinturas fantásticas, una de Rubens del siglo XVII y otra de Goya sobre 1820, representando el mismo momento en que Cronos devoraba a uno de sus hijos. Vamos a verlas:


     El cuadro de Rubens, óleo sobre lienzo, fue encargado por Felipe IV, seguramente su mayor cliente, en 1636 para la decoración de la Torre de la Parada, un pabellón de caza en el monte del Pardo. El encargo se hizo cuatro años antes de fallecer Rubens a sus casi 63 años en Amberes.

     Rubens sitúa al Titán Cronos sobre unas rocas grises que por su textura parecen nubes, con una guadaña en su mano derecha que rememora la castración de su padre Urano por él mismo.

      Dibujado como un imponente personaje, viejo y con barba, Cronos da un mordisco a uno de sus hijos comenzando a devorarlo recreando una escena de gran dramatismo, algo típico del barroco, periodo artístico en que fue pintado el cuadro.

     Como curiosidad, en 1610 Galileo Galilei, utilizando su recién creado telescopio, observó el último de los planetas conocidos entonces, Saturno, y lo que describió fue una luz central luminosa y como dos asas o brazos a su alrededor, mas o menos, como aparece Saturno en este cuadro de Rubens.

     Unos años después, Rubens pintó esa descripción de Galileo como tres estrellas, una central, Saturno y dos laterales con menor intensidad, como vemos en la parte superior  del cuadro. Hasta 1659, o sea, más de veinte años después de que el cuadro fuese pintado, Huygens no descubrió que esas “asas” eran los anillos que hoy conocemos.



     Por el contrario, la pintura de Goya fue realizada como parte de la decoración mural de su casa “la Quinta del sordo” junto a otras trece pinturas más.  Goya, adquiere dicha casa en 1819, decorando los dos pisos con  pinturas. Vivió en ella hasta que en 1824, después de la restauración del absolutismo en España por los “Cien mil hijos de San Luis”  se trasladó a Francia, muriendo en Burdeos en 1828.

     Las catorce pinturas de la serie “Pinturas Negras”, fueron trasladadas a lienzo por el conservador valenciano Salvador Martínez Cubells en la década de 1870. La nuestra actualmente  se expone, como el cuadro de Rubens, en el museo del Prado.

     Al igual que Rubens, Goya refleja el momento en que Cronos devora a uno de sus hijos, si bien Goya dibuja al dios sin ningún atributo que lo haga reconocible y con un aspecto de anciano delgado, casi esquelético, con unos ojos desorbitados y parece que con las manos atravesase el cuerpo de su hijo.

     Parece que a la vista de las “Pinturas Negras”, le preguntaron a Goya por qué pintaba esas "barbaridades", contestando Goya que las pintaba para decir eternamente a los hombres que no sean "bárbaros"……(si non e vero, e ben trovato)

                  Continuamos con Hesíodo:



Rea engañando a Cronos. Metopa en los museos Capitolinos en Roma

     Al nacer Zeus, los padres de Rea, Gea y Urano, la ayudaron a esconderlo y Zeus fue llevado a Creta donde fue ocultado. Luego Rea envolvió en pañales una enorme piedra con la que engañó a Cronos y este se la comió creyendo que era su nuevo hijo.

     Allí en Creta Zeus fue criado por una ninfa del Fresno, su hermana Io, y la cabra Amaltea, a la que cuando Zeus fue señor del Universo puso en el cielo como la constelación Capricornio.



     También Zeus tomó el cuerno de la cabra Amaltea y lo convirtió en la Cornucopia, el cuerno de la abundancia,  siempre lleno de todos los alimentos y bebidas que se puedan desear.



     El rio Turia sujetando la cornucopia, rodeado de las ocho acequias de Valencia con su catedral de fondo.

     Después del nacimiento de los seis dioses Olímpicos de primera generación, se desarrollaron dos terribles guerras, que las veremos en un próximo post…..

lunes, 5 de febrero de 2018

Mitología Griega 2. Botticelli y Tiepolo


     Habíamos dejado a Afrodita, en el anterior post, llegando a Chipre, momento que recoge el genial Botticelli en su nacimiento de Venus     

     Este cuadro de Alessandro di Mariano di Vanni Filipepi conocido como Botticelli, recoge una escena mitológica cuya figura central es la diosa del amor, Afrodita (la Venus romana). 


        Cuadro con marco en la galería Uffizi en Florencia, que allí si que dejan hacer fotos 

     Como ya narramos en el anterior post, Afrodita nació en el Piélago (en el mar) de una blanca espuma resultado de la castración de Urano por su hijo Cronos.

     Iconográficamente, la bellísima Afrodita está representada como un tipo de Venus púdica, del estilo de la Venus de Cnido.

    En el cuadro, Afrodita está en una posición prácticamente igual a la conocida estatua de la Venus de Medici realizada en mármol, incluso parece que Botticelli quiere reflejar el tono blanquecino del mármol en su cuerpo.


 Venus de Médici. Copia de la original, destruida durante el periodo de dominación romana de Grecia.

     Botticelli tenía un amor platónico por su musa particular Simonetta Cattaneo, Simonetta Vespucci por su matrimonio con Marco Vespucci, a la que retrató además de en este cuadro, en varios más, siempre hermosísima ella.




     Afrodita está representada bajando de la venera (viene de Venus?) o concha en un “contraposto” dinámico. Igualmente, todas las figuras del cuadro transmiten una sensación de serenidad en el movimiento.

     Los especialistas en el tema, indican que Afrodita está a punto de “desembarcar” en la isla de Chipre a donde fue después de la isla de Citera, aunque algún otro autor prefiere el “desembarco” en esta última isla.

     En la Florencia del siglo XV, bajo el auspicio de la familia Médici, se desarrolló un intento de compatibilizar las teorías Neoplatónicas del filósofo Marsilio Ficino con el Cristianismo.

     El erudito, filólogo y poeta  Ángelo “Poliziano” desarrolló su poesía en ese ambiente de mirar al pasado clásico, e influyó en la obra de muchos artistas, Botticelli entre ellos.

     La iconografía de este cuadro, está basado en un poema, inacabado, de Poliziano, “Stanze per la giostra”, traducido es algo así como "Estrofas para un torneo"

     El poema dice:” …..Una doncella de rostro no humano que el viento lascivo empuja a la costa encima de una almeja…”

     Evidentemente, “rostro no humano” por lo bellísimo y divino de la cara de la diosa.

     En este contexto  Neoplatónico, el simbolismo del cuadro seria la representación del nacimiento del amor y de la belleza como motor de la vida.



    A la izquierda del cuadro aparecen dos figuras aladas, que representan al dios del viento del oeste, Céfiro, que sujeta  a  la ninfa de las flores Cloris, como en un rapto, como “viento lascivo”, siguiendo el poema de Poliziano.

     Céfiro, como viento del oeste, empieza a soplar cuando su hermano Bóreas, el dios del frío viento del norte, desaparece, marcando el inicio de la época de bonanza, la primavera.

     El poema de Poliziano, continua ”…..fuiste acogida en el regazo de las tres ninfas y envuelta en un vestido estrellado.”



     Aquí, Botticelli se toma una licencia y en lugar de tres ninfas coloca a una, la Hora de la primavera, reconocible por las flores que adornan su vestido.  El manto con que la Hora va a cubrir a la diosa, está también adornado con multitud de flores.

     Además podemos decir que Botticelli estudió cuidadosamente la posición de las figuras y elementos en el cuadro, por ejemplo la línea del horizonte cumple la regla de los tercios, situándolo aproximadamente a 1/3 del borde superior.

      Igualmente, las dimensiones del cuadro, 278,5x172,5cm., cumplen la relación del rectángulo Áureo ( 278,5/172,5= 1,61….), demostrando, además de en otros detalles, los conocimientos del maestro Botticelli en composición.

     Para una interpretación iconológica de este cuadro, ver los trabajos de Erwin Panofsky sobre el tema.

     Uno de los mitos relacionado con Céfiro, es el del nacimiento de la flor “jacinto”, veámoslo según Ovidio.

      El dios Apolo estaba enamorado del bello joven espartano Jacinto, al que también pretendía el dios del viento Céfiro.


Tiepolo. La muerte de Jacinto, Museo Thyssen

     Jacinto se decantó por Apolo y un día en que ambos estaban practicando el lanzamiento de disco, Apolo lo lanzó a los aires celestes y tras pasar las nubes cayó con fuerza en tierra firme. El imprudente Jacinto fue rápidamente a recogerlo pero este rebotó en la dura tierra que lo lanzó contra su rostro.

     Dice Ovidio: “…el dios (Apolo) palidece y trata de reanimarlo pero el aliento vital de Jacinto huye de él dejando destrozado al dios…” que dice: “veo tu herida, mi culpa….Pero cuál es mi culpa?  a no ser que a jugar o a amar se le pueda llamar culpa…. Ya que debemos seguir la ley del destino siempre estarás conmigo y quedaras en el recuerdo de mi boca”.

            En este excelente cuadro del veneciano Giovanni Battista Tiepolo, el pintor se toma la licencia de sustituir el deporte del lanzamiento de disco por un juego de moda entre la nobleza del siglo XVI, “la pallacorda” que utilizaba raquetas de cuerda y unas pelotas similares a las de tenis.


Raqueta y pelotas de la Pallacorda, con el jacinto un poco mustio todavía (quizás muriendo como Jacinto)


     Jacinto esta expirando en el suelo mirando al desesperado Apolo, mientras un grupo de personajes los contemplan incluyendo al dios Pan que gira la cabeza para no perderse detalle, mientras un amorcillo está detrás de Jacinto.

     Desde luego a Apolo le gustaba la belleza, siendo bastante usual las relaciones homosexuales en aquellos tiempos. Seguramente este mito, como varios otros, refleja el comportamiento humano de la época reflejado en los dioses.

     Bueno, resulta que “…la sangre derramada en la tierra que había marcado la hierba, deja de ser sangre y más brillante que la púrpura de Tiro nace una flor tomando la forma de los lirios, si no fuera porque estos tendrían un color purpura y aquellos los tienen de plata”. Nació el primer Jacinto.


                                              Flor de jacinto, con ese color púrpura de Tiro, que puede variar entre el morado y el rojo púrpura

            El mito relacionado con el dios del viento Céfiro, narra la misma historia y personajes, pero es este, despechado al haber preferido Jacinto a Apolo, el que envía una fuerte ráfaga de viento que desvía el disco haciéndolo chocar contra Jacinto.

     En Esparta se estableció una festividad anual para conmemorar la muerte de Jacinto, las Jacintias, que eran tan importantes que hasta las guerras se suspendían mientras durasen.

     Como cada año, al celebrarse las fiestas, volvían a florecer los jacintos, este bonito mito simboliza, también, la renovación de la naturaleza.

     Una vez comentados estos cuadros, seguimos con Hesíodo y los nacimientos. Cito únicamente los de los personajes más conocidos antes de pasar al nacimiento de los dioses Olímpicos, que será en el próximo post.

     La Noche parió a las tres Hespérides (las que cuidan, al otro lado del ilustre océano, las bellas manzanas de oro) y a las tres Parcas, que manejan el hilo de la vida, Cloto, que lo hila en el huso, Láquesis lo mide y Atropo, la más terrible, que lo corta con las tijeras


Goya. Las Parcas. Decoración de su casa "la Quinta del Sordo". Observar las tijeras para cortar el hilo de la vida que tiene Atropo en la mano ( a la derecha del dibujo)

     También alumbró a Némesis (la venganza), azote para los hombres mortales y a la astuta Eris (la causante primera de la guerra de Troya).

     El Ponto, engendró a Nereo, que a su vez engendró a las cincuenta Nereidas junto a Doris la de hermosos cabellos, hija del Océano. Nereidas conocidas son Tetis, la madre de Aquiles y Anfítrite, la esposa de Poseidón.

     También nacieron las tres Gorgonas, que viven al otro lado del ilustre océano, en el confín del mundo hacia la noche, donde las Hespérides de aguda voz. Una de ellas, la Medusa, era mortal, y cuando Perseo le cortó la cabeza, de su sangre nacieron Pegaso, el caballo alado de Zeus y el enorme Crisaor, el guerrero de la espada de oro.


Perseo exhibiendo la cabeza de la Medusa. Piazza della Signoria en Florencia.


En la banda  se lee la firma del autor de la estatua, Benvenuto Cellini

     De Tifón y una descendiente de Gorgona (Equidna, mitad ninfa mitad serpiente), nació Cerbero, el can de cincuenta cabezas que guardaba las puertas del Hades (el inframundo)…

      Y de uniones entre ellos, nacieron el viento Céfiro, Quimera, león por delante, dragón por detrás y cabra en medio, la Esfinge, el León de Nemea, las tres mil Oceánides, los rios Nilo, Granico, este cerca de Troya y en sus cercanías Alejandro Magno venció por primera vez a los persas de Darío III…..