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miércoles, 28 de noviembre de 2018

Ifigenia..... en Áulide



    
     Ifigenia, princesa Micénica, era hija de Agamenón, rey de Micenas y de Clitemnestra la hermana de la famosa Helena y es probablemente el primer caso conocido de anteponer el interés del Estado al suyo propio, veámoslo:



Máscara de "Agamenón". Descubierta por Schliemann durante la excavación de Micenas. No hay constancia de a que personaje representa. 

    Una vez decidida la guerra contra Troya después del “rapto” de Helena por el príncipe troyano Paris, los aqueos se reunieron en el golfo de Eubea, en una ciudad llamada Áulide, al este de Tebas y al norte de Atenas, cerca de la actual ciudad griega de Chalcis, listos para zarpar hacia Troya, pero no era tan sencillo….  

    Faltaban los vientos para la travesía, que no llegaban, por lo que consultaron al adivino Calcas que indicó que se tenía que sacrificar a Ifigenia para que volviesen los vientos favorables. 

     La razón era que la diosa Artemisa (la diosa cazadora) estaba molesta, seguramente por haber cazado Agamenón una corza,” jactándose de aventajar incluso a Artemisa” o quizás por haber Agamenón cazado en terreno consagrada a dicha diosa, en fin, que Artemisa estaba que trinaba.



Artemisa, la Diana cazadora romana. Copia en mármol del original griego del siglo IV a.C. en bronce

      El que los humanos pensasen en igualar o incluso superar en habilidad a los dioses provocaba en estos una reacción furiosa por la que el dios de turno tenía que castigar al atrevido e inconsciente humano, recuérdese, por ejemplo, la fábula de Aracne con la diosa Atenea, pintada magistralmente por Velázquez     


Velázquez, Las Hilanderas. Museo del Prado

     En esta fábula, la mortal Aracne presumía de tejer mejor incluso que la diosa Atenea, desarrollándose un concurso entre ambas, que es lo que Velázquez pintó.

     Agamenón, a pesar de sus dudas, al final aceptó sacrificar a su hija e hizo llamar a Ifigenia desde Micenas donde Agamenón era rey, diciendo que iba a casarse con Aquiles, que por cierto no sabía nada del tema.


       Clitemnestra, según el pintor prerrafaelita John Collier con el hacha con la que "presumiblemente" mató a Agamenón

     Después de algunas tensiones entre Menelao, Agamenón, Clitemnestra (la madre de Ifigenia), Aquiles y demás, la propia Ifigenia, según Eurípides en su obra “Ifigenia en Áulide”, se prestó a su sacrificio diciendo: 

     "Un hombre es más valioso que mil mujeres en la vida. Y si Artemisa quiso apoderarse de mi persona, ¿he de resistirme yo, que soy mortal contra la diosa? Sería imposible. Entrego mi cuerpo a Grecia. Sacrificadme, arrasad Troya. Ése será, pues, mi monumento funerario por largo tiempo, y eso valdrá por mis hijos, mis bodas y mi gloria".

     Con lo que aceptó su sacrificio personal en aras del bien común para que volviesen los vientos favorables y poder zarpar el “pueblo griego”, los aqueos, hacia su destino en Troya. 

    Ese mismo concepto de anteponer el interés del grupo al de uno mismo, lo encontramos en la época neoclásica de finales del siglo XVIII en la pintura de David sobre el “Juramento de los Horacios”. 


      Los Horacios eran tres hermanos de la Roma recientemente fundada que estaba disputando la supremacía en el territorio con la vecina ciudad de Alba Longa, la ciudad fundada por Ascanio, el hijo de Eneas, que escapó de Troya cuando los aqueos la saquearon al final de la guerra.

      Ambas ciudades tenían muchos vínculos entre si y quisieron decidir la supremacía en lugar de en una batalla campal, en un combate entre tres hermanos de Alba Longa, los hermanos Curiacios contra tres hermanos romanos, los Horacios, estos últimos representados en el cuadro de Jacques Louis David en el momento en que su padre les entrega las espadas del combate.  

    Efectivamente estamos en el mismo caso de Ifigenia, la aceptación del sacrificio personal en favor del bien común del grupo o comunidad a la que pertenecen, de hecho, murieron cinco de los seis participantes en el combate. El vencedor fue uno de los Horacios de Roma, claro.

    Volvamos con nuestra Ifigenia, bueno, en el momento en que iba a ser sacrificada, la misma diosa Artemisa sustituyó a Ifigenia por una cierva para ser ofrecida en su lugar. 


                       Fresco de la casa del Fauno en Pompeya, con los distintos personajes del “sacrificio”    

      Aquí tenemos otra analogía con la conocida historia bíblica del sacrificio de Isaac, en la que Dios ordena a Abraham, padre de Isaac, que lo sacrifique, y en el último instante  un ángel sustituye a Isaac por un carnero.  


Grabado de Lorenzo Ghiberti en la llamada puerta de paraíso en el baptisterio de la catedral de Florencia, con el carnero a los pies de Abraham en la parte superior derecha

     Difícil ver dos historias tan paralelas, Dios ordena a un humano el sacrificio de un hijo, por el motivo que sea, este acepta sacrificarlo y en el último instante se cambia el hijo por un carnero u oveja. 

      Qué pasó al final con Ifigenia?, pues “parece” que Artemisa se la llevó a su templo en Táuride, en la actual península de Crimea, al norte del mar Negro, convirtiéndola en una de sus sacerdotisas.



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