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martes, 6 de enero de 2015

Revolución Cantonal en Valencia


REVOLUCIÓN CANTONAL EN VALENCIA

     El siglo XIX en España, ese tiempo tan poco recordado después de la guerra del francés, acoge algunos de los más fascinantes y sobrecogedores episodios de la historia de nuestra Valencia



Fusilamientos del 3 de mayo 1808 en Madrid en la guerra de la Independencia (o del francés), Goya, MUSEO del Prado

     Como consecuencia de la situación política, social y económica que se creó a finales del siglo XIX en España, se produjeron en nuestra ciudad  además de en otros lugares en España- unos dramáticos acontecimientos que culminaron  con la creación del independiente Cantón Federal de Valencia y el bombardeo de la ciudad por parte de las tropas republicanas del general Arsenio Martínez Campos (retengamos este nombre), hasta la rendición de la ciudad.


            AMBIENTACIÓN  SOCIAL

     Para introducirnos un poco en la época que nos ocupa, finales de la década de 1860 hasta
1873, prácticamente en el llamado sexenio revolucionario, vamos a repasar algunos de los acontecimientos que influyeron en el desarrollo de los hechos:

     En la segunda mitad del siglo XIX, enmarcada por los últimos coletazos del reinado de Isabel II, se produjo la desamortización de Madoz -posterior en veinte años a la más conocida de Mendizábal- con la privatización de los bienes comunales. Una de sus consecuencias fue que muchos campesinos ya no podían cultivar las tierras comunales y tuvieron que emigrar desde el campo a las ciudades. La emigración fue también impulsada por el comienzo de la industrialización, más centrada en las grandes ciudades.



    Primera siderúrgica en España. “La Constancia”, Marbella y Málaga. Años 1830

     Otros factores que incidieron en esa sociedad de hace siglo y medio fueron el desarrollo del ferrocarril, la aparición de la Internacional Socialista, la época Romántica con los regionalismos y nacionalismos, el auge del republicanismo, la tercera guerra Carlista, la guerra de Cuba, etc.

     Centrándonos en Valencia, en 1865 la ciudad se había ampliado físicamente. Siendo gobernador provisional Cirilo Amorós se inició la demolición  de las murallas medievales de Valencia, excepto las torres de Serranos y de Quart, que eran prisiones en aquella época. 

     El derribo de la muralla medieval, todavía bajo el reinado de Isabel II, abrió la ciudad y dio trabajo a muchos jornaleros en esa época de carestía y crisis. La eliminación de la muralla tuvo importancia en la doble defensa armada de Valencia unos años después.




Plano de Valencia de A. Guesdon de 1858, con las murallas envolviéndola. En primer termino el antiguo portal Nou

       AMBIENTACIÓN HISTÓRICA

     En 1868 se produjo  la rebelión llamada La Gloriosa, el derrocamiento de Isabel II por el pronunciamiento militar hecho desde Cádiz por el almirante Topete, con la colaboración de militares como el general Serrano y el general Juan Prim.

     Dicho pronunciamiento fue ganando adeptos, triunfando definitivamente después de la batalla de Alcolea, cerca de Córdoba, donde las tropas rebeldes al mando del general Serrano, derrotaron a las leales a Isabel II. Isabel que estaba veraneando en San Sebastián, pasó a Francia, viviendo en París, y muriendo allí en 1904.



Caricatura de la revista madrileña Gil Blas de la salida de Isabel II a Francia

     Por su parte, Valencia se sumo con entusiasmo al pronunciamiento

     En el convulso sexenio posterior, "El sexenio revolucionario", se pasó desde una monarquía autoritaria, a una regencia, una monarquía democrática, una república parlamentaria, una república autoritaria y nuevamente a la monarquía fruto de un pronunciamiento militar en Sagunto, casi nada en tan poco tiempo....

     En enero de 1869, ya exiliada Isabel II, se celebraron elecciones generales en España y se redactó una nueva Constitución. En ella fundamentalmente se resolvió el tipo de estado, aprobando las Cortes un estado monárquico con limitaciones, en lugar de la república. También se acordó la libertad de culto, aunque se mantenía la confesionalidad del estado.

     Se siguió manteniendo el sorteo de los quintos para el ejército. Como es sabido, se podía redimir o sustituirse la entrada del soldado por una cantidad, que se fijó en 8.000 reales. Al ser una cantidad inasequible para las clases trabajadoras era también una fuente de malestar y disturbios. El mantenimiento del sorteo era importante ya que España estaba en plena guerra de los diez años en Cuba, después de su comienzo con el “grito de Yara” en 1868, y  se estaban produciendo decenas de miles de bajas españolas.

     Una vez las Cortes aprobaron la monarquía como forma de gobierno y no querer a ningún Borbón, tuvieron que  buscar por Europa un rey. Se decantaron por el piamontés Amadeo de Saboya que fue el candidato patrocinado por el general Prim.



 Caricatura de la revista La Flaca de la “subasta” de la Corona Española

GUERRA FRANCO-PRUSIANA

     En Europa se produjeron, claro está, reacciones a esta curiosa situación de la búsqueda de un rey. Existía un candidato alemán a la corona de España, al que Francia se opuso. Aprovechando esta situación el ambicioso canciller prusiano Otto Von Bismarck buscó un malentendido con Francia a través del llamado telegrama de Ems

     Este malentendido diplomático provocó la guerra con la Francia de Napoleón III de la que salieron victoriosos los alemanes. Se derivaron una serie de efectos como la unificación de Alemania, la creación de la comuna de París y la anexión alemana de Alsacia y Lorena que traería tantas consecuencias en el siglo XX.


Enero 1871, proclamación del II Imperio Alemán en el Palacio de Versalles.
Anton Von Werner 1877, museo Bismarck. 

REVOLUCIÓN DE 1869

     Volviendo a nuestro país, la elección de la monarquía como forma de gobierno no fue aceptada de buen grado en muchos de los centros republicanos que habían participado con decisión en la Gloriosa.

     Valencia, donde había bastantes republicanos en aquellos momentos, tampoco  aceptó la situación. Se constituyó la Junta Revolucionaria, que encabezaba José Peris y Valero. Cuando el gobierno de Madrid obligó a la disolución de la Juntas revolucionarias, Peris y Valero fue nombrado gobernador civil de la provincia.

     Desde este puesto, Peris y Valero fue obligado por el gobierno de Madrid a imponer el desarme de la milicia de voluntarios.

     En Valencia, existían las milicias armadas de voluntarios que se habían formado anteriormente para defenderse rápidamente de un posible ataque carlista con el criterio de que los componentes de las milicias fuesen "ciudadanos de bien". Los republicanos eran numerosos en sus filas y no estaban dispuestos a desarmarse, ya que veían que la revolución del año anterior, la Gloriosa, no iba a desembocar en una república como era su deseo.


     En octubre de 1869, las milicias populares fueron obligadas a entregar las armas. Se negaron y establecieron barricadas en lugares cercanos a la Lonja. Desde allí rechazaron, con considerables bajas por ambas partes, a las tropas enviadas para disolverlas por el gobernador militar de Valencia Fernando Primo de Rivera y Sobremonte (tío del futuro dictador del siglo XX Miguel Primo de Rivera y Orbaneja).


El ejercito frente a las torres de Serrano.   Archivo de Rafael Solaz

     El gobierno envió entonces al general Martínez Campos para sofocar el levantamiento, cosa que consiguió con un duro bombardeo de Valencia. El día 16 de Octubre del mismo año, las milicias capitularon.

Emisión de moneda por el gobierno provisional


 

     De la colección de mi amigo Luis

      Moneda de cinco pesetas, emitida en 1870, en la que en el anverso se ve a una matrona, que simboliza a España, apoyada la espalda en los Pirineos y con los pies en el peñón de Gibraltar, con una rama de olivo en la mano.

      Mientras que en el reverso junto a un escudo coronado, se lee que el 90% de su peso es de plata pura (900 milésimas) y que 40 monedas pesan un kilo (40 piezas en 1 kilo)

PRIMERA REPÚBLICA

     El nuevo rey Amadeo I duró poco tiempo, fue coronado en enero de 1871, sufrió un atentado en el año 1872 y dimitió el 11 de febrero de 1873. España se encontró de nuevo ante la posibilidad de elegir el tipo de estado, monarquía o república.

     Ese mismo día, 11 de febrero, en sesión conjunta de congreso y senado, el diputado Emilio Castelar pronunció el conocido discurso de: “Señores, con Fernando VII murió la monarquía tradicional, con la fuga de Isabel II, la monarquía parlamentaria, con la renuncia de don Amadeo de Saboya, la monarquía democrática, nadie ha acabado con ella, ha muerto por sí misma; nadie trae la República, la traen todas las circunstancias, la trae una conjuración de la sociedad, de la naturaleza y de la Historia. Señores, saludémosla como el sol que se levanta por su propia fuerza en el cielo de nuestra Patria”.




 De la revista La Flaca; proclamación de la 1ª república el 11 de febrero de 1873

     Se votó y por abrumadora mayoría salió elegida La República como la forma de gobierno de España. Los congresistas habían entrado monárquicos y salieron republicanos. Faltaba definir el tipo de república, Unitaria o Federal


          Caricatura de la revista La Flaca. La República entre Unitaria o Federal          


         Bandera de la 1ª república Española

     El primer presidente de la república Estanislao Figueras, dimitió en junio de ese mismo año. Tuvo como ministro de la gobernación al republicano federal Pi y Margall que fue promovido a primer ministro a continuación. Por su parte, Emilio Castelar defendía la posición de República unitaria, posición de la que también  participaba el ejército.

          REVOLUCIÓN CANTONAL

     Mientras tanto, la redacción de la  nueva constitución avanzaba a duras penas. A pesar de que las cortes ya habían aprobado la república democrática federal como forma de gobierno el 8 de junio, algunos municipios y cantones (divisiones administrativas) empezaban a impacientarse por la lentitud de los políticos en aprobar la nueva constitución y empezaron a declararse como cantones independientes, eso sí, con la voluntad de tener relaciones cordiales con los demás cantones, cosa que no siempre se consiguió



El parlamento español, según La Flaca

     La muy industrializada ciudad de Alcoy, con sus connotaciones internacionalistas y obreras, fue la primera en iniciar la revolución armada, siendo el Cantón de Cartagena el que más tiempo se mantuvo como Cantón independiente. Hay una deliciosa novela de Ramón J. Sender, “Míster Witt en el Cantón”, escrita en 1936, antes de su exilio en California, sobre la rebelión cantonal en Cartagena, salpicada de un poco de amor.

          CANTÓN VALENCIANO

     Vamos a ver como se desarrollaron los sucesos entre el 26 de julio y el 7 de agosto de 1873 en Valencia, vamos a seguir principalmente el libro “Trece días de sitio”, del escritor coetáneo con la revolución Constanti LLombart,  editado en el mismo año de 1873.

     Después de los sucesos de Alcoy de primeros de julio, donde las milicias ciudadanas de Valencia habían acompañado al ejército para ayudarle a sofocar aquella rebelión, LLombart nos cuenta: “Valencia, pues, que temía un gran desorden por parte de los Internacionales, pudo confiar su tranquilidad a los valientes y honrados defensores de su dignidad ultrajada en octubre de 1869…”

     Se refería a que ya en aquellos momentos, atribuían los sucesos de Alcoy, no a los republicanos, sino a los internacionalistas de Bakunin, mientras que en el resto de cantones, si que fueron los republicanos federales los que provocaron las revueltas.

     En Valencia, el 18 de julio de 1873, hubo una reunión tumultuosa en el Grao en la que se decidió ir a proclamar el cantón independiente de Valencia, ocupando sus componentes la Lonja y la plaza de toros. La revuelta  fue detenida por una comunicación oficial en la que se rogaba paciencia, postura apoyada por la milicia de voluntarios que estableció retenes en varios puntos de Valencia.

  

Reunión frente a la Lonja. Archivo de Rafael Solaz. 
Observar el cuerpo central del edificio, todavía no estaba sobre elevado

     Aquí es interesante resaltar que estaba a punto de inaugurarse la feria de Valencia, evento que tenía una gran importancia comercial y económica en aquella época y cuyo desarrollo no se quería perjudicar con la declaración unilateral del cantón, porque también se pensaba que era cuestión de poco tiempo el que las cortes republicanas de Madrid, autorizasen dicha proclamación.

     De todas formas, el día 19 se constituyó la junta Revolucionaria. El día 22 quedó proclamado el Cantón de Valencia solemnemente con vuelo de campanas y discurso del presidente interino de la Junta, Barrientos, citando en el discurso a Juan Llorens y Francesc de Vinatea como precedentes gloriosos y con vivas al Cantón, al pueblo y a España. De acuerdo con la junta de la feria, esa misma noche se inauguró la feria de Valencia.


Francesc de Vinatea, estatua en la plaza del ayuntamiento de Valencia



Juan LLorens con Adriano de Utrecht en Las Germanías

     El gobernador Castejón -que había abandonado Valencia, primero con destino a Carcagente y luego estableciéndose en Alcira-, redactó un escrito, en el que urgía que volviesen “todos a someterse a la ley”. A lo que la junta contestó que el “ex-gobernador” era el verdadero rebelde, acabando la contestación diciendo “… y si, …, no pudiera conseguirlo (la aprobación de Madrid), acudirá a vosotros en demanda de la fuerza, para el mantenimiento de los derechos del Cantón valenciano”. Proféticas palabras, como vamos a ver.



 Mientras tanto, se trataba de mantener el orden dentro de la ciudad  


     Entretanto, iban produciéndose conversaciones entre representantes de la Junta y del comercio de Valencia, tanto en Alcira con el gobernador, como  en Madrid con el gobierno central.

     El gobierno había cambiado al capitán general de Valencia, nombrando a Arsenio Martínez Campos como nuevo capitán general, al que envió con tropas que en un primer momento se instalaron en Játiva.

     A punto de llegar a un acuerdo con el gobierno de Madrid el día 25, se rompieron las negociaciones  por la postura de algunos intransigentes en Valencia, con lo que empezó a salir vecindario “pacifico” de la ciudad.

     Valencia se preparó para la defensa: Se instalaron cañones en la estación del ferrocarril, en la plaza de San Agustín hacia la calle San Vicente, en la Lonja y en otros lugares, levantándose también barricadas en la plaza del mercado, Ruzafa y calle San Vicente (desde 1865 ya no había murallas).

     Por su parte, el día 26 Martínez Campos llegó a Catarroja, enviando patrullas exploradoras a Valencia para tratar de conocer sus defensas, pero los cantonales estaban prevenidos y consiguieron hacer algún prisionero. Prosiguió la salida de mucha gente de Valencia y a la vez llegaron voluntarios de Castellón, tras el fracaso allí de su insurrección cantonal.


 Estatua del general Martinez Campos en el parque del Retiro en Madrid


     El día 30, la Junta publica una proclama de ánimo, donde dice “…El pueblo de Valencia ,sin embargo, cuenta con poderosísimos medios de defensa y hasta de ataque…”, luego continua “ ¡¡Venga en mal hora el invasor que aquí le esperamos firme en nuestra tradición, en nuestros principios y en nuestro derecho!!. Nuestra bandera ostenta los siguientes lemas: autonomía del Cantón dentro de la federación Española…..”

     El día 31 a través de los cónsules extranjeros en Valencia, Martínez Campos anuncia que comenzará el bombardeo en 24 o 36 horas, lo que después de otro intento fallido de negociación sucede el día 2 de agosto

     Desatadas las hostilidades, los cantonales situaron cañones en las torres de Quart, haciendo unos 500 disparos diarios, mientras que los soldados republicanos de Martínez Campos, instalaron cañones en Mislata y luego también en Chirivella, que tenían alcance suficiente para originar parte de los desperfectos que todavía hoy pueden verse en las torres de Quart (otros fueron debidos a la guerra del francés).



Torres de Quart, torre derecha. Véase los impactos 

El martes 5 de agosto empiezan las gestiones de paz. Los cónsules de Italia y de Inglaterra se trasladaron desde el Cabañal a Cuarte a hablar con Martínez Campos. Se produce un cese provisional del bombardeo y con mediación de la Cruz Roja, un intercambio de prisioneros

El día 6 de agosto, se reunieron comerciantes y gente de paz con la junta revolucionaria en la sala capitular de la Catedral, y se envía a Martínez Campos una petición de amnistía total, que este no pudo conceder. Aunque les concedió un plazo hasta las 5 de la madrugada para recibir a la Junta. Luego se reanudaría el bombardeo.

Después de una votación en la Catedral el día 7, relativamente ajustada, se decidió la rendición poniendo bandera blanca en las torres de Serrano, torres de Quart y el Miguelete.

Ese mismo día, los sublevados más recalcitrantes, alrededor de mil, partieron a bordo del vapor “Matilde” con la intención de llegar a Cartagena, donde continuaba su revolución cantonal, desembarcando en Calpe. Empezó  a volver la gente pacífica de Valencia que se habían refugiado en el Grao, poblados marítimos y otros pueblos próximos.

El día 8, entró el ejército republicano en Valencia, disolviendo a las milicias populares y restableciéndose la normalidad en la ciudad. Se reanudó la Feria de Valencia

Curiosidades:

Este mismo general, Arsenio Martínez Campos fue posteriormente el protagonista del pronunciamiento que el 29 de diciembre de 1874 en Sagunto consiguió - sin oposición- la restauración borbónica en España en la figura del hijo de Isabel II, Alfonso XII. España volvía a ser una monarquía

 Algunos de los patrocinadores económicos de este pronunciamiento fueron ennoblecidos por Alfonso XII. En clave valenciana, José Campo Pérez recibió el titulo de Marques de Campo. Hoy tiene una estatua dedicada  en la plaza de Cánovas del Castillo en Valencia.



El Marques de Campo, también conocido por su altruismo con los niños huérfanos




“El sello con que la Junta revolucionaria legalizaba los documentos, que era de forma circular, tenía en el centro un libro abierto, sobre él un nivel, y sobre este una balanza en cuyo fiel había un gorro frigio. En la parte superior se leía: República federal, y en la inferior: Cantón Valenciano”






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