EL CID y la Valencia musulmana
Escultura del Cid en Valencia. Obra original de Anna Huntington en Nueva York. Foto de la estatua de Valencia en la plaza de España
Detalle que refleja la gran calidad de la escultura
Todos
conocemos a este personaje histórico, sabemos que nació en la provincia de
Burgos, seguramente en Vivar del Cid, en el siglo XI, que luchó contra
cristianos y musulmanes según en que casos, que conquistó Valencia y murió en
ella a finales de ese siglo XI y que para conmemorar sus gestas se escribió la primera
gran obra de la literatura española escrita en una lengua romance, “El cantar
de Mío Cid”. Vamos a profundizar un poco más en todo ello, situándolo en su
relación con Valencia.
ANTECEDENTES:
Primero
unos pocos antecedentes de la época:
Poco
después de llegada de los musulmanes a la península en el año 711, Al Ándalus se
convirtió en una provincia nominalmente dependiente del califato Omeya de
Damasco. Con la posterior eliminación física de la familia Omeya en Oriente,
llegó a España el único superviviente con derecho a gobernar de esa casi
eliminada dinastía, Abderramán I.
Por
cierto, que Abderramán I empezó a construir la mezquita de Córdoba, luego muy ampliada,
sobre la antigua basílica visigótica de San Vicente mártir.
Mezquita de Córdoba
En el año 756 con Abderramán I se constituyó
el Emirato independiente de Córdoba, aun nominalmente ligado con el nuevo
Califa Abasida de la lejana Bagdad, y así, con vaivenes internos y externos, llegamos al
año 929 en que ese emirato de Córdoba se constituyó con Abderramán III en
Califato de Córdoba, ya con teórica y práctica independencia del Califato
oriental.
La gran
figura militar de este Califato fue Almanzor, “El Victorioso”, de nombre
abreviado Abu Amir, fallecido el año 1002 en Medinaceli. A un nieto suyo lo
tendremos como gobernante en Valencia.
Todavía
hasta el año 1031 con el asesinato de Hisam III, nominalmente existió el
Califato de Córdoba, aunque con un poder que fue debilitándose y disgregándose en beneficio de poderes locales
constituyéndose en reinos Taifas, independientes y muy variables
territorialmente.
Llegaron a existir más de 30 reinos taifas
relativamente definidos, dirigidos por Bereberes, Árabes, Muladíes, Eslavos,
como en Valencia al principio….., por supuesto con rencillas con las taifas
vecinas y “puñaladas” internas!.
Una vez
situados en ese mar de confusión territorial musulmán en el siglo XI, los
cristianos que se habían mantenido al norte del Duero y Ebro, con permiso de la
importantísima taifa de Zaragoza, comenzaron a incordiar cada vez más
profundamente a los reinos Taifas, ya que eran más débiles que el antiguo
Califato, con lo que estos llamaron en su ayuda a sus “hermanos” musulmanes del
norte de África, los Almorávides de origen sahariano.
Aun así
realmente los conflictos consistían sobre todo en influencias de poder y cobro
de parias, pidiendo ayudas militares reinos Taifas musulmanes a reyes
cristianos y viceversa en sus conflictos. Era una especie de todos contra todos
casi con independencia de su religión, como veremos con nuestro protagonista El
Cid. Desde luego nada de una “reconquista” organizada o de cristianos contra
musulmanes…., por lo menos, no en todo momento.
Para dar
una idea del incremento de presión cristiana, a mediados del siglo XI en la época de
Fernando I, que fue el primer rey de Castilla ya que esta antes era un condado,
y rey de León por conquista, este cobraba 40.000 dinares de oro anualmente en
concepto de parias a los musulmanes, mientras que su hijo Alfonso VI llegó a
cobrar 140.000 dinares cada año…..
No hay
que olvidar que en los reinos taifas, existían unas cortes brillantes donde la
cultura y el arte se valoraban y protegían, pero al mismo tiempo se incrementaban
los impuestos para mantener el lujo de la corte y, desde luego, para pagar las
cada vez mayores parias, creando un fuerte descontento entre la población.
VALENCIA
Llegamos
a la relativamente poco importante Valencia musulmana de principios del siglo XI.
Situada en Sharq Al Ándalus, la parte oriental del territorio musulmán en la
península.
Con la
desorganización del Califato cordobés, en 1010 toman el mando en Valencia dos esclavones,
antiguos esclavos eunucos liberados, llamados Mubarak y Muzaffar, anteriormente
encargados de la organización de las
acequias de Valencia, que al igual que otros esclavones en otras taifas como Denia, Almería o Tortosa coparon
los puestos de mando.
Recordar
que además de para cuidar el harén, utilizaban a los eunucos, esclavos
comprados ya castrados, pero islamizados e instruidos, para el ejército y para
puestos administrativos, llegando en algunos casos como los nuestros en
Valencia, a alcanzar puestos de poder.
Moneda emitida
por Mubarak y Muzaffar
Mubarak
y Muzaffar acuñaron moneda en el año 407 de la Hégira, 1016/1017 d.C. con su
nombre, sin dejar demasiada huella para la posteridad. En el año 1018 se acabó
su poder, uno murió parece que por caída de caballo en uno de los dos puentes de madera existentes y el otro en una
algarada debida a los altísimos impuestos que impusieron.
Después pasaron
unos pocos años confusos con la toma de poder en Valencia por parte del gobernador de Tortosa, otro esclavón, que luego se volvió a esta, el de Denia y algún otro gobernante
sin trascendencia posterior.
Finalmente,
los Amiríes, familia y clientes de Abu
Amir “Almanzor”, reclamaron el mando y un nieto suyo, Abd Al-Aziz, que también
tomó el nombre de su abuelo “Al Mansur”, tomó el poder en Valencia en el año
1021.
Durante
su reinado, toma el control de la taifa de Almería y quizás también de la de
Murcia durante unos pocos años, aunque en sus enfrentamientos con la taifa de Denia
y Baleares, que perteneció a la taifa de Denia hasta 1076, contrató a
mercenarios cristianos leoneses y
navarros.
Lienzo de la muralla musulmana en el centro
del Tossal y recreación de la muralla musulmana con la acequia Rovella rodeando una parte de ella.
Al-Aziz reinó
durante 40 años, hasta 1061, extraña estabilidad en aquella época. Construyó la
muralla musulmana de Valencia de 2.600 mts de longitud, así como, seguramente, una almunia extramuros, antecesor del
futuro palacio del Real, donde están ahora los Viveros, con grandes jardines y
estanques.
Torre de
la muralla musulmana en la actualidad
Fue
sucedido por dos hijos suyos, sin relevancia para nuestro tema.
Palacio
del Real del siglo XVI, situado en la almunia creada, seguramente, por Abd Al-Aziz
Situados
ya en la Valencia de mediados/finales del siglo XI, tuvimos una influencia
toledana ya que el emir de la taifa de Toledo Al Mamun, suegro del emir
valenciano al que ayudó contra algunas incursiones musulmanas y cristianas de
Fernando I. Al final Al Mamun derrocó al emir valenciano con lo que la taifa de
Valencia perteneció a la de Toledo hasta la muerte de Al Mamun en 1075.
Volvieron
los amiríes hasta 1085 cuando Al Qadir, hijo de Al Mamun, que era rey de la
taifa de Toledo pidió ayuda a Alfonso
VI, el del famoso del juramento de Santa Gadea ante El Cid ocurriese este o
no, pero lo cierto es que Alfonso VI desterró a El Cid.
Alfonso
VI había vivido exiliado en Toledo antes de recuperar el trono de Castilla y
ampliar sus territorios a la muerte de su hermano Sancho en el año 1072.
Este rey
Alfonso VI, aprovechando que Al Qadir de Toledo le había le había pedido ayuda
ante un alzamiento interno, y a regañadientes del pueblo, se quedó con Toledo en el año de 1085 después
de un asedio de varios meses. La ciudad se rindió sin lucha manteniéndose
haciendas, religiones y leyes. Toledo ya no volvió a ser musulmana.
EL CID
EL CID
En esa negociación, Alfonso VI envió a Al
Qadir como rey vasallo a Valencia junto a Alvar Fañez uno de sus capitanes ,
lugarteniente del Cid si hacemos caso al Cantar de Mio Cid. Valencia lo aceptó
como su rey en el año 1085, después de varios días de duda. Ya nos vamos
acercando al Cid….
Acontecimiento
importante es que ante la debilidad de los reinos taifas y la presión de los
cristianos, varios emires llamaron en su ayuda al imperio norteafricano de los
Almorávides, que vinieron a la península en tres ocasiones, como hemos indicado
antes.
A
Alfonso VI que estaba empezando a sitiar la Zaragoza musulmana, por cierto,
defendida por el Cid, ya que este estaba al servicio del emir de Zaragoza, le
llegó la noticia de la llegada de los Almorávides a Al Ándalus, levantando el
cerco se dirigió al sur a combatirlos.
Cantigas de Santa Maria. detalle de una batalla
Como
consecuencia de la derrota de Alfonso VI en la batallad de Sagrajas en el año
1086 ante los Almorávides, las tropas cristianas de Alvar Fañez salieron de
Valencia para ayudar en la defensa de las fronteras de Alfonso VI. Con esta
perdida, la situación interna de Al Qadir en Valencia quedó debilitada.
El Cid,
reconciliado después de Sagrajas con Alfonso VI, se convierte en protagonista
de la ayuda a Al Qadir en Valencia cuando este la solicita ante la amenaza del
emir de la taifa de Denia aliado con el cristiano conde de Barcelona, a los que el Cid
vence.
El Cid
comienza a cobrar tributos de los gobernantes de las principales ciudades y
territorios de la zona, privando de estos cobros tanto a Alfonso VI como al
conde de Barcelona. Ambos se unen para combatir al Cid, junto a genoveses y pisanos…..,
que ya miraban a los puertos mediterráneos de la península.
Pero el
Cid que no quería enfrentarse a “su señor” Alfonso VI, abandona Valencia e
invade territorios de la Rioja cristiana, con lo que Alfonso VI desiste de la
toma de Valencia y vuelve a sus tierras.
En esos
momentos, tropas Almorávides estaban ya cerca de Valencia, con lo que alentados
los valencianos por la proximidad almorávide, triunfa una rebelión contra Al
Qadir que es ejecutado, y un destacamento de tropas Almorávides entra en
Valencia.
En 1092
vuelve el Cid a Valencia. Se sitúa en el hoy Puig de santa Maria, como Jaime I haría unos 140 años después, saqueando sin piedad los alrededores de Valencia y aceptando
el Cid una tregua propuesta por los valencianos, a cambio de tributos,
provisiones y la salida de la tropa Almorávide de Valencia.
Cuadro en
el MNAC de Barcelona de Jaime I pintado en el siglo XV proveniente de la casa
de la ciudad de Valencia, destruida a mediados del siglo XIX.
El ejército
Almorávide llega hasta Alzira, y debido a su proximidad Valencia vuelve a
enemistarse con el Cid, aunque cuando, después de inundar el Cid las huertas y
cortar gran parte de los puentes, además de la meteorología adversa, se retiran
los Almorávides, vuelve Valencia a intentar pactar con el Cid, esta vez sin
éxito.
Asedia el
Cid Valencia y esta le abre sus puertas el 15 de junio de 1094. Ya no la
perderá hasta su muerte en 1099, aunque la presión almorávide fue constante,
con batallas importantes en Quart y en Bairén cerca de Gandía, en esta última
participaron también aragoneses de Pedro I al lado del Cid.
Como
anécdota, en 1095 fue quemado en la hoguera Yahhaf, el cadí gobernador de
Valencia que le abrió las puertas de la ciudad al Cid, con la excusa de ser el
responsable de la ejecución de Al Qadir, protegido de Alfonso VI y del Cid,
unos años atrás.
El Cid convierte en iglesia la mezquita musulmana seguramente en 1096, firmando el documento de donación, conservado en el archivo de la catedral de Salamanca. Hasta nueve iglesias fueron consagradas en Valencia en esos años.
El Cid convierte en iglesia la mezquita musulmana seguramente en 1096, firmando el documento de donación, conservado en el archivo de la catedral de Salamanca. Hasta nueve iglesias fueron consagradas en Valencia en esos años.
Su viuda
Jimena, rige Valencia hasta el año 1102, cuando ante un nuevo ataque
Almorávide, y con la ayuda de Alfonso VI, evacua la ciudad no sin antes
quemarla, llevándose con ella a todos los cristianos mozárabes de la zona.
La
presencia del Cid en Valencia, anecdótica desde el punto de vista de sus
consecuencias permanentes en la zona, si permitió un cierto relajamiento del
acoso de tropas musulmanas en el norte, con la conquista por parte del reino de
Aragón de las importantes ciudades musulmanas de Huesca en 1096 y Barbastro definitivamente
en 1100 por el rey Pedro I. Zaragoza caería poco más tarde, en 1.118 ante
Alfonso I el Batallador de Aragón.
Cantigas de Santa Maria. El pendón de las tropas musulmanas, aliadas de las cristianas, no refleja ninguna imagen, mientras que en el de las cristianas aparece la Virgen entronizada con el Niño
Cantigas de Santa Maria. El pendón de las tropas musulmanas, aliadas de las cristianas, no refleja ninguna imagen, mientras que en el de las cristianas aparece la Virgen entronizada con el Niño
Con la
llegada de los Almorávides que unificaron el poder en la zona musulmana de la península
deponiendo a los emires de todas las taifas de Sarq al Ándalus, como la de
Alpuente, la de Albarracín, la de Denia
y Tortosa. Adiós a las primeras Taifas.
Después de la partida de Jimena de Valencia, esta fue ocupada por los Almorávides, que la utilizaron como punto de partida de expediciones de saqueo tanto hacia el norte, cercando Barcelona y trayendo gran numero de esclavos de botín, como hacia el oeste, infligiendo una gran derrota a Alfonso VI en Uclés en el año 1108, cerca de Tarancón en Cuenca.
Después de la partida de Jimena de Valencia, esta fue ocupada por los Almorávides, que la utilizaron como punto de partida de expediciones de saqueo tanto hacia el norte, cercando Barcelona y trayendo gran numero de esclavos de botín, como hacia el oeste, infligiendo una gran derrota a Alfonso VI en Uclés en el año 1108, cerca de Tarancón en Cuenca.
Se
instaló en Valencia, así como en el resto de Al Ándalus un régimen bastante
integrista, con un gran poder de alfaquíes, religiosos y juristas, en
detrimento de la cultura y actividad literaria, que si que floreció en esa
época en la capital del imperio Almorávide, Marrakech.
A partir
del primer cuarto del siglo XII, el imperio almorávide empieza a hacer aguas
tanto en África como, claro está, en la península. En África ante el nacimiento
de otro grupo integrista musulmán, salido esta vez del Atlas, los Almohades,
que conquistaron Marrakech en 1147 y la convirtieron en su capital.
Como anécdota, tanto el conde de Barcelona Ramón Berenguer III en 1121 como el rey aragonés Alfonso I El Batallador en 1125 sitiaron Valencia debido al envío de ejércitos Almorávides a África a luchar contra los Almohades que debilitó su poder en Al Andalus.
El primero se retiró al conseguir un gran tributo, y el segundo, al no conseguir tomarla por las grandes murallas de esta, siguió hacia el sur en una expedición que llegó hasta la costa granadina, trayendo a su regreso a mas de 10.000 mozárabes como hombres libres para repoblar las tierras recién conquistadas
Como anécdota, tanto el conde de Barcelona Ramón Berenguer III en 1121 como el rey aragonés Alfonso I El Batallador en 1125 sitiaron Valencia debido al envío de ejércitos Almorávides a África a luchar contra los Almohades que debilitó su poder en Al Andalus.
El primero se retiró al conseguir un gran tributo, y el segundo, al no conseguir tomarla por las grandes murallas de esta, siguió hacia el sur en una expedición que llegó hasta la costa granadina, trayendo a su regreso a mas de 10.000 mozárabes como hombres libres para repoblar las tierras recién conquistadas
En la
península, los Almohades que en 1146 han cruzado el estrecho y ya Cádiz y Jerez
reconocen su autoridad, van extendiendo su imperio por las taifas que habían
empezado a volver a crearse con la decadencia Almorávide.
En lo
que nos concierne a Valencia, un muladí nacido en Peñíscola
llamado Ibn Mardanis, se hizo con el poder, aunque trasladó la capital de su
reino a Murcia, creando una poderosa taifa que se opuso al avance Almohade
hasta su muerte en 1172, contratando constantemente a mercenarios cristianos
para la defensa de su territorio contra los Almohades.
En verde
mas oscuro, territorios máximos de Ibn Mardanis y sus aliados sobre el año 1160.
Una vez más cristianos ayudando a musulmanes
contra otros musulmanes, que a su vez por el centro de la península los
Almohades eran aliados del rey cristiano Fernando II de León contra Alfonso VII
de Castilla…..
Los
cristianos llamaban a Ibn Mardanis “el rey Lobo”. Por cierto, un nieto de este rey Lobo, Zayyan Ibn Mardanis fue el último rey musulmán de Valencia,
después de expulsar de esta al último rey almohade Abu Zayd, cuando Jaime I la
conquistó en 1238.
Como colofón, comentar que este Ibn Mardanis tuvo una hija llamada Zayda, a la que le regaló una finca de recreo que luego fue convertida en el convento Gratia Dei y que dio nombre al llano de Zaidía, en recuerdo a aquella hermosa princesa musulmana.
Como colofón, comentar que este Ibn Mardanis tuvo una hija llamada Zayda, a la que le regaló una finca de recreo que luego fue convertida en el convento Gratia Dei y que dio nombre al llano de Zaidía, en recuerdo a aquella hermosa princesa musulmana.
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