REVOLUCIÓN CANTONAL EN VALENCIA
El siglo XIX en España, ese tiempo tan poco recordado después de la guerra del francés, acoge algunos de los más fascinantes y sobrecogedores episodios de la historia de nuestra Valencia
Para introducirnos un poco en la época que nos ocupa, finales de la década
de 1860 hasta
1873, prácticamente en el llamado sexenio revolucionario, vamos a repasar algunos de los acontecimientos que influyeron en el desarrollo de los hechos:
1873, prácticamente en el llamado sexenio revolucionario, vamos a repasar algunos de los acontecimientos que influyeron en el desarrollo de los hechos:
En la
segunda mitad del siglo XIX, enmarcada por los últimos coletazos del reinado de
Isabel II, se produjo la desamortización de Madoz -posterior en veinte años a la
más conocida de Mendizábal- con la privatización de los bienes comunales. Una
de sus consecuencias fue que muchos campesinos ya no podían cultivar las
tierras comunales y tuvieron que emigrar desde el campo a las ciudades. La
emigración fue también impulsada por el comienzo de la industrialización, más
centrada en las grandes ciudades.
Primera siderúrgica en España. “La Constancia”, Marbella y Málaga. Años
1830
Otros
factores que incidieron en esa sociedad de hace siglo y medio fueron el
desarrollo del ferrocarril, la aparición de la Internacional Socialista, la
época Romántica con los regionalismos y nacionalismos, el auge del republicanismo, la tercera guerra Carlista, la guerra de Cuba, etc.
Centrándonos
en Valencia, en 1865 la ciudad se había ampliado físicamente. Siendo gobernador
provisional Cirilo Amorós se inició la demolición de las murallas
medievales de Valencia, excepto las torres de Serranos y de Quart, que eran
prisiones en aquella época.
El derribo de la muralla medieval, todavía bajo el reinado de Isabel II, abrió la ciudad y dio trabajo a muchos jornaleros en esa época de carestía y crisis. La eliminación de la muralla tuvo importancia en la doble defensa armada de Valencia unos años después.
El derribo de la muralla medieval, todavía bajo el reinado de Isabel II, abrió la ciudad y dio trabajo a muchos jornaleros en esa época de carestía y crisis. La eliminación de la muralla tuvo importancia en la doble defensa armada de Valencia unos años después.
Plano de Valencia de A. Guesdon de
1858, con las murallas envolviéndola. En primer termino el antiguo portal Nou
AMBIENTACIÓN HISTÓRICA
AMBIENTACIÓN HISTÓRICA
En 1868 se produjo la rebelión
llamada La Gloriosa, el derrocamiento de Isabel II por el
pronunciamiento militar hecho desde Cádiz por el almirante Topete, con la
colaboración de militares como el general Serrano y el general Juan Prim.
Dicho pronunciamiento fue ganando
adeptos, triunfando definitivamente después de la batalla de Alcolea, cerca de
Córdoba, donde las tropas rebeldes al mando del general Serrano, derrotaron a
las leales a Isabel II. Isabel que estaba veraneando en San Sebastián, esta pasó a Francia,
viviendo en París, y muriendo allí en 1904.
Caricatura de la revista madrileña Gil Blas de
la salida de Isabel II a Francia
Por su parte, Valencia se sumo con
entusiasmo al pronunciamiento
En el convulso sexenio posterior, "El sexenio revolucionario", se pasó desde una monarquía autoritaria, a una regencia, una monarquía democrática, una república parlamentaria, una república autoritaria y nuevamente a la monarquía fruto de un pronunciamiento militar en Sagunto, casi nada en tan poco tiempo....
En enero de 1869, ya exiliada Isabel
II, se celebraron elecciones generales en España y se redactó una nueva
Constitución. En ella fundamentalmente se resolvió el tipo de estado, aprobando
las Cortes un estado monárquico con limitaciones, en lugar de la república.
También se acordó la libertad de culto, aunque se mantenía la confesionalidad
del estado.
Se siguió manteniendo el sorteo de
los quintos para el ejército. Como es sabido, se podía redimir o sustituirse la
entrada del soldado por una cantidad, que se fijó en 8.000 reales. Al ser una
cantidad inasequible para las clases trabajadoras era también
una fuente de malestar y disturbios. El mantenimiento del sorteo era importante
ya que España estaba en plena guerra de los diez años en Cuba,
después de su comienzo con el “grito de Yara” en 1868, y se estaban produciendo decenas de miles de
bajas españolas.
Una vez las Cortes aprobaron la
monarquía como forma de gobierno y no querer a ningún Borbón, tuvieron que buscar por Europa un rey.
Se decantaron por el piamontés Amadeo de Saboya que fue el candidato
patrocinado por el general Prim.
Caricatura de la revista La Flaca de la “subasta” de la
Corona Española
GUERRA FRANCO-PRUSIANA
En Europa se produjeron, claro está, reacciones a esta
curiosa situación de la búsqueda de un rey. Existía un candidato alemán a la
corona de España, al que Francia se opuso. Aprovechando esta situación el
ambicioso canciller prusiano Otto Von Bismarck buscó un malentendido con Francia a través del llamado telegrama de Ems.
Este malentendido diplomático provocó la guerra con la
Francia de Napoleón III de la que salieron victoriosos los alemanes. Se derivaron una serie de efectos como la unificación de Alemania, la creación de la comuna de París y la
anexión alemana de Alsacia y Lorena que traería tantas consecuencias en el siglo XX.
Enero 1871, proclamación del II Imperio Alemán en el Palacio de Versalles.
Anton Von Werner 1877, museo Bismarck.
REVOLUCIÓN DE 1869
Valencia, donde había bastantes republicanos en aquellos momentos, tampoco aceptó la situación. Se constituyó la Junta Revolucionaria, que encabezaba José Peris y Valero. Cuando
el gobierno de Madrid obligó a la disolución de la Juntas revolucionarias,
Peris y Valero fue nombrado gobernador civil de la provincia.
Desde este puesto, Peris y Valero fue obligado por el
gobierno de Madrid a imponer el desarme de la milicia de voluntarios.
En Valencia, existían las milicias armadas de voluntarios que se habían formado anteriormente
para defenderse rápidamente de un posible ataque carlista con el criterio de
que los componentes de las milicias fuesen "ciudadanos de bien". Los republicanos eran numerosos en sus filas y
no estaban dispuestos a desarmarse, ya que veían que la revolución del año
anterior, la Gloriosa, no iba a desembocar en una república como era su deseo.
En octubre de 1869, las milicias populares fueron obligadas
a entregar las armas. Se negaron y establecieron barricadas en lugares
cercanos a la Lonja. Desde allí rechazaron, con considerables bajas por ambas
partes, a las tropas enviadas para disolverlas por el gobernador militar de Valencia Fernando Primo de Rivera y Sobremonte (tío del futuro dictador del siglo XX Miguel Primo de Rivera y Orbaneja).
El ejercito frente a las torres de Serrano. Archivo de Rafael Solaz
El gobierno envió entonces al general Martínez
Campos para sofocar el levantamiento, cosa que
consiguió con un duro bombardeo
de Valencia. El día 16 de Octubre del mismo
año, las milicias capitularon.
Emisión de moneda por el gobierno provisional
Moneda de cinco pesetas, emitida en 1870, en la que en el anverso se ve a una matrona, que simboliza a España, apoyada la espalda en los Pirineos y con los pies en el peñón de Gibraltar, con una rama de olivo en la mano.
Mientras que en el reverso junto a un escudo coronado, se lee que el 90% de su peso es de plata pura (900 milésimas) y que 40 monedas pesan un kilo (40 piezas en 1 kilo)
Emisión de moneda por el gobierno provisional
De la colección de mi amigo Luis
Mientras que en el reverso junto a un escudo coronado, se lee que el 90% de su peso es de plata pura (900 milésimas) y que 40 monedas pesan un kilo (40 piezas en 1 kilo)
PRIMERA REPÚBLICA
El nuevo rey Amadeo I duró poco tiempo, fue coronado en enero de
1871, sufrió un atentado en el año 1872 y dimitió el 11 de febrero de 1873. España se encontró de nuevo ante la
posibilidad de elegir el tipo de estado, monarquía o república.
Ese mismo día, 11 de febrero, en sesión conjunta de congreso
y senado, el diputado Emilio Castelar pronunció el conocido discurso de: “Señores, con Fernando VII murió la monarquía tradicional, con la fuga de Isabel II, la monarquía parlamentaria, con la renuncia
de don Amadeo de Saboya, la monarquía democrática, nadie ha acabado
con ella, ha muerto por sí misma; nadie trae la República, la traen todas las
circunstancias, la trae una conjuración de la sociedad, de la naturaleza y de
la Historia. Señores, saludémosla como el sol que se levanta por su propia
fuerza en el cielo de nuestra Patria”.
De la revista La Flaca; proclamación de la 1ª
república el 11 de febrero de 1873
Se votó y por abrumadora mayoría salió elegida La República como la forma de gobierno de España. Los congresistas habían entrado
monárquicos y salieron republicanos. Faltaba definir el tipo de república, Unitaria o Federal
Caricatura de la revista La Flaca. La República entre Unitaria o Federal
Bandera de la 1ª república Española
El primer presidente de la república Estanislao Figueras, dimitió en junio de ese mismo año. Tuvo como ministro de la gobernación al republicano
federal Pi y Margall que fue promovido a primer ministro a continuación. Por su parte, Emilio
Castelar defendía la posición de República unitaria, posición de la que
también participaba el ejército.
REVOLUCIÓN CANTONAL
Mientras
tanto, la redacción de la nueva
constitución avanzaba a duras penas. A pesar de que las cortes ya habían
aprobado la república democrática federal como forma de gobierno el 8 de junio, algunos municipios y cantones (divisiones administrativas) empezaban a
impacientarse por la lentitud de los políticos en acabar y aprobar la nueva constitución y empezaron a declararse como cantones
independientes, eso sí, con la voluntad de tener relaciones cordiales con los demás cantones, cosa que no siempre se consiguió
El parlamento español, según La Flaca
La muy industrializada ciudad de Alcoy, con sus
connotaciones internacionalistas y obreras, fue la primera en iniciar la
revolución armada, siendo el Cantón de Cartagena el que más tiempo se mantuvo como Cantón independiente. Hay una deliciosa novela de Ramón J. Sender,
“Míster Witt en el Cantón”, escrita en 1936, antes de su exilio en California,
sobre la rebelión cantonal en Cartagena, salpicada de un poco de amor.
CANTÓN VALENCIANO
Vamos a ver como se desarrollaron los sucesos entre el 26 de julio y el
7 de agosto de 1873 en Valencia, vamos a seguir principalmente el libro “Trece días de sitio”, del escritor coetáneo con la revolución Constanti LLombart, editado en el mismo año de 1873.
Después de los sucesos de Alcoy de primeros de julio, donde las milicias ciudadanas de Valencia habían acompañado al ejército
para ayudarle a sofocar aquella rebelión, LLombart nos cuenta: “Valencia, pues, que temía un gran desorden
por parte de los Internacionales, pudo confiar su tranquilidad a los valientes
y honrados defensores de su dignidad ultrajada en octubre de 1869…”
Se refería a que ya en aquellos momentos, atribuían los
sucesos de Alcoy, no a los republicanos, sino a los internacionalistas de
Bakunin, mientras que en el resto de cantones, si que fueron los republicanos
federales los que provocaron las revueltas.
En Valencia, el 18 de julio de 1873, hubo una reunión
tumultuosa en el Grao en la que se decidió ir a proclamar el cantón independiente
de Valencia, ocupando sus componentes la Lonja y la plaza de toros. La
revuelta fue detenida por una
comunicación oficial en la que se rogaba paciencia, postura apoyada por la milicia de
voluntarios que estableció retenes en varios puntos de Valencia.
Reunión frente a la Lonja. Archivo de Rafael Solaz.
Observar el cuerpo central del edificio, todavía no estaba sobre elevado
Aquí es interesante resaltar que estaba a punto de
inaugurarse la feria de Valencia, evento que tenía una gran importancia
comercial y económica en aquella época y cuyo desarrollo no se quería perjudicar con la declaración unilateral del cantón,
porque también se pensaba que era cuestión de poco tiempo el que las cortes republicanas de
Madrid, autorizasen dicha proclamación.
De todas formas, el día 19 se constituyó la junta
Revolucionaria. El día 22 quedó proclamado el Cantón de Valencia solemnemente con vuelo de campanas y discurso del
presidente interino de la Junta, Barrientos, citando en el discurso a Juan
Llorens y Francesc de Vinatea como precedentes gloriosos y con vivas al
Cantón, al pueblo y a España. De acuerdo con la junta de la feria, esa misma
noche se inauguró la feria de Valencia.
Francesc de Vinatea, estatua en la plaza del ayuntamiento de Valencia
Juan LLorens con Adriano de Utrecht en Las Germanías
El gobernador Castejón -que había
abandonado Valencia, primero con destino a Carcagente y luego estableciéndose en
Alcira-, redactó un escrito, en el que urgía que volviesen “todos a someterse a la ley”. A lo que la junta contestó que el “ex-gobernador”
era el verdadero rebelde, acabando la contestación diciendo “… y si, …, no pudiera conseguirlo (la aprobación de
Madrid), acudirá a vosotros en demanda de
la fuerza, para el mantenimiento de los derechos del Cantón valenciano”. Proféticas
palabras, como vamos a ver.
Mientras tanto, se trataba de mantener el orden dentro de la
ciudad
Entretanto, iban produciéndose conversaciones entre
representantes de la Junta y del comercio de Valencia, tanto en Alcira con el
gobernador, como en Madrid con el
gobierno central.
El gobierno había cambiado al capitán general de Valencia,
nombrando a Arsenio Martínez Campos como nuevo capitán general, al que envió con
tropas que en un primer momento se instalaron en Játiva.
A punto de llegar a un acuerdo con el gobierno de Madrid el día
25, se rompieron las negociaciones por la postura de algunos intransigentes en
Valencia, con lo que empezó a salir vecindario “pacifico” de la ciudad.
Valencia se preparó para la defensa: Ya sin murallas, se instalaron cañones en la estación del ferrocarril, en la plaza de San Agustín hacia la
calle San Vicente, en la Lonja y en otros lugares, levantándose también barricadas en la plaza del mercado, Ruzafa y calle
San Vicente (desde 1865 ya no había murallas).
Por su
parte, el día 26 Martínez Campos llegó a Catarroja,
enviando patrullas exploradoras a Valencia para tratar de conocer sus defensas,
pero los cantonales estaban prevenidos y consiguieron hacer algún prisionero. Prosiguió la salida de mucha gente de Valencia y a la vez llegaron voluntarios de
Castellón, tras el fracaso allí de su insurrección cantonal.
Estatua del general Martinez Campos en el parque del Retiro en Madrid
El día 30, la Junta publica una proclama de ánimo, donde
dice “…El pueblo de Valencia ,sin
embargo, cuenta con poderosísimos medios de defensa y hasta de ataque…”,
luego continua “ ¡¡Venga en mal hora el
invasor que aquí le esperamos firme en nuestra tradición, en nuestros
principios y en nuestro derecho!!. Nuestra bandera ostenta los siguientes
lemas: autonomía del Cantón dentro de la federación Española…..”
El día 31 a través de los cónsules extranjeros
en Valencia, Martínez Campos anuncia que comenzará el bombardeo en 24 o 36 horas, lo que
después de otro intento fallido de negociación sucede el día 2 de agosto
Desatadas las hostilidades, los cantonales situaron cañones
en las torres de Quart, haciendo unos 500 disparos diarios, mientras que los
soldados republicanos de Martínez Campos, instalaron cañones en Mislata y luego
también en Chirivella, que tenían alcance suficiente para originar parte de los
desperfectos que todavía hoy pueden verse en las torres de Quart (otros fueron
debidos a la guerra del francés).
Torres de Quart, torre derecha. Véase los impactos
El martes 5 de agosto empiezan las gestiones de paz. Los cónsules de Italia y de Inglaterra se trasladaron desde el Cabañal a Cuarte a hablar
con Martínez Campos. Se produce un cese provisional del bombardeo y con mediación de la Cruz Roja, un intercambio de prisioneros
El día 6 de agosto, se reunieron comerciantes y gente de paz
con la junta revolucionaria en la robusta sala capitular de la Catedral, y se envía a
Martínez Campos una petición de amnistía total, que este no pudo conceder. Aunque les concedió un plazo hasta las 5 de la madrugada para recibir a la Junta. Luego se
reanudaría el bombardeo.
Después de una votación en la Catedral el día 7, relativamente
ajustada, se decidió la rendición
poniendo bandera blanca en las torres de Serrano, torres de Quart y el Miguelete.
Ese mismo día, los sublevados más recalcitrantes, alrededor
de mil, partieron a bordo del vapor “Matilde” con la intención de llegar a
Cartagena, donde continuaba su revolución cantonal, desembarcando en Calpe.
Empezó a volver la gente pacífica de
Valencia que se habían refugiado en el Grao, poblados marítimos y otros pueblos
próximos.
El día 8, entró el
ejército republicano en Valencia, disolviendo a las milicias
populares y restableciéndose la normalidad en la ciudad. Se reanudó la Feria de Valencia
Curiosidades:
Este mismo general, Arsenio Martínez Campos fue posteriormente el protagonista del pronunciamiento que el 29 de diciembre de 1874 en
Sagunto consiguió - sin oposición- la restauración borbónica en España en la figura del hijo de Isabel II, Alfonso XII. España volvía a ser
una monarquía
Algunos de los
patrocinadores económicos de este pronunciamiento fueron ennoblecidos por Alfonso XII.
En clave valenciana, José Campo Pérez recibió el titulo de Marques
de Campo. Hoy tiene una estatua dedicada en la plaza de Cánovas del Castillo en
Valencia.
El Marques de Campo, también conocido por su altruismo con los niños huérfanos
“El sello con que la
Junta revolucionaria legalizaba los documentos, que era de forma circular,
tenía en el centro un libro abierto, sobre él un nivel, y sobre este una
balanza en cuyo fiel había un gorro frigio. En la parte superior se leía:
República federal, y en la inferior: Cantón Valenciano”
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