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viernes, 26 de junio de 2015

SALA DEL SANTO CÁLIZ EN LA CATEDRAL DE VALENCIA




                                                               Ménsula en la sala del Santo Cáliz

INTRODUCCION: La catedral de Valencia a mediados del siglo XIV

La catedral de Valencia estuvo prácticamente en permanente construcción y ampliación desde el inicio de la puerta románica a mediados del siglo XIII (lo de las obras interminables no es nuevo), hasta finales del siglo XV.

A mediados del siglo XIV estaban finalizados tanto el transepto –el pasillo entre las puertas románica y gótica-, la girola –el pasillo poligonal detrás del ábside-, la primera parte del cimborrio- la linterna que da luz al centro de la catedral-, y las tres primeras crujías –espacio comprendido entre las columnas del pasillo central-.


Reconstrucción de la catedral a mediados del siglo XIV, en la que podemos ver el campanario antiguo a la izquierda de la puerta románica, la primera fase del cimborrio, el transepto y la girola poligonal, junto con las tres primeras crujías.

Faltaba por construir, para  alcanzar el estado actual del interior de la catedral, el segundo cuerpo del cimborrio, la cuarta crujía, con su puerta barroca (esta, construida a partir de primeros del siglo XVIII), el Miguelete y la hoy llamada sala del Santo Cáliz, que es el tema de esta entrada, así como eliminar el  campanario primitivo. Aparte, claro está, de los cambios en estilo Barroco y Neoclásico en el interior.

En esos momentos de mediados del siglo XIV la catedral todavía no era metropolitana, por ello  en cierta medida era considerada como “sitio de paso” de los obispos camino de otros obispados más importantes y lucrativos. Todavía no era obligado que el obispo residiese en la diócesis.



                      Placa en la calle Avellanas, conmemorando la concesión de sede metropolitana a la catedral de Valencia en 1492 por el Papa Inocencio VIII.

El cabildo de la catedral tenia, en teoría, la potestad de elegir al obispo nuevo una vez fallecido el antiguo. Esto ocurrió con el obispo Vidal de Blanes en 1356. Sin embargo  el Papa Inocencio VI, instalado en Avignón en una época anterior al cisma, no estuvo en principio de acuerdo con dicha elección, y Vidal de Blanes tuvo que ir a Avignon para obtener la aprobación Papal definitiva.



                                        Cenotafio de Vidal de Blanes, con su escudo identificativo, instalado en la sala de nuestro post.

Esta visita a Avignon tuvo consecuencias interesantes para nuestra Catedral: el obispo  encargó el muy valioso e ilustrado libro del Ceremonial de Obispos, guardado hoy en el archivo de la catedral.  Recordar que Avignon era en la época ciudad foco de grandes artistas al estar allí el papado.



                                                        Letra capital D decorada. Del libro del ceremonial de obispos

LA CONSTRUCCIÓN DE LA SALA CAPITULAR

Agradecido al cabildo por  su elección como obispo, al comenzar su pontificado, Vidal de Blanes emprendió la construcción de una Sala Capitular, donde se reuniese el cabildo en mejores condiciones que hasta la fecha, y que sirviese de capilla funeraria digna para los obispos y canónigos. También fue destinada a servir como aula de teología.


                                                         Aula Dei, aula de Dios, como indica el ángel en dicha sala

Para su construcción se compraron terrenos exteriores a la catedral, en la llamada plaza de les gallines, por el mercado que allí se celebraba.  Andreu Juliá fue el  maestro de obras de la construcción de la sala, que finalizó en 1366. Al igual que el Miguelete, construido pocos años más tarde, la Sala Capitular estaba exenta, en el exterior de la catedral.

Para el desarrollo del proyecto tal como lo vemos hoy, hizo falta prolongar la cuarta crujía de la catedral y hacer el pasillo de unión entre esta y la sala capitular, ambas obras realizadas en la segunda mitad del siglo XV. La ampliación de la nave la debemos a  Francesc Baldomar y el pasillo de unión a Pere Compte, también “mestre pedrapiquer” de la Lonja de Valencia.

Francesc Baldomar, fue también el constructor de las torres de Cuarte y de la capilla de los Reyes en el convento de los dominicos (hoy capitanía militar).


                            Fases de la construcción de la catedral entre mediados del siglo XIV y finales del XV

Por cierto que la ornamentada puerta de entrada a la sala capitular  fue obra de otro gran maestro de obras, Pere Balaguer, quien también fue el artífice de la decoración exterior del tercer tramo del Miguelete y de las torres de Serrano.


                                                                   Puerta de entrada a nuestra Sala


Miguelete, se aprecia la similitud de adornos


Foto de la maqueta en el museo de la catedral. Ya se ve el segundo cuerpo del cimborrio y tanto la sala capitular como el Miguelete unidos a la catedral. Observar la puerta gótica a la derecha del Miguelete sustituida por la barroca a principios del siglo XVIII.

EL INTERIOR DE LA SALA

La sala del Santo Cáliz es una sólida construcción sin columnas, sorprendentemente diáfana, de planta cuadrada de 13 mts de lado, con muros de 1,5 mts de espesor, gracias a los cuales son innecesarias las columnas.

Nada más entrar en ella vemos ocupando el centro de la pared de enfrente, el Santo Cáliz del que luego hablaremos y una estructura mural en alabastro con decoración escultórica interior también en alabastro de curiosa historia. Vamos a verla:


                                    Retablo gótico enmarcando el santo Cáliz. Era la puerta de entrada al coro medieval.

En el primer cuarto del siglo XV se contrató a un escultor Florentino, un tal Juliá lo Florenti, del que se dice que pudo ser discípulo de Ghiberti- el artífice de la puerta del Paraíso del baptisterio de Florencia- para realizar unos bajorrelieves para el trascoro –la parte trasera- del coro de la catedral.


                                    Detalle de la puerta del baptisterio de Florencia, con el tema del sacrificio de Abraham

 Se  hicieron 12 bajorrelieves con imágenes del antiguo y del nuevo testamento en estilo renacentista, chocando con el estilo gótico todavía imperante en la ciudad.



                              Detalle de uno de los bajorrelieves, con los personajes "usuales" al pie de la cruz

Unos 20 años después, en la década de 1440, se encargó al maestro de obras de la catedral Antoni Dalmau un retablo gótico para enmarcarlas. Seguramente porque el estilo renacentista de las esculturas no casaba bien con lo que se estaba acostumbrado a ver y hacer en Valencia en aquellos tiempos.

Este retablo fue tallado en estilo gótico flamígero puro con doseletes, peanas, pináculos, gabletes, tracería calada, frondas, etc., todo muy ornamentado, al gusto de la época.

 

                                      Parte izquierda del retablo gótico. En medio los bajorrelieves renacentistas.

Ya tenemos colocada en la parte trasera del coro en el siglo XV la misma estructura alabastrina que hoy admiramos alrededor del Santo Cáliz.

Posteriormente, en una reforma del siglo XVIII de tipo neoclásico en el interior de la catedral, se decidió trasladar el retablo gótico de alabastro a esta sala, sin embargo se dejaron los bajorrelieves (renacentistas) en el trascoro.

Durante esos más de 150 años que estuvieron separados el retablo y los bajorrelieves se utilizaron cuadros de los fondos de la catedral para “rellenar” el retablo. Sanchis y Sivera lo vio de esta guisa al escribir a primeros del siglo XX su libro sobre la catedral.

No fue hasta el año 1942 cuando se trasladaron los bajorrelieves a su lugar actual permitiéndonos contemplarlos estructura y esculturas juntos de nuevo.

Recientemente en 1992 se colocaron entre los 12 primitivos bajorrelieves dieciséis estatuas también de alabastro modernas,  esculpidas por José Esteve Edo, con los mismos personajes que hay en la puerta gótica de la catedral, es decir los doce apóstoles, san Valero y san Vicente mártir en un lado, con san Sixto y san Lorenzo en el otro extremo.


                                Relieve de la crucifixión, entre las estatuas de San Lorenzo (de la parrilla) y San Sixto.

 Estos magníficos 12 bajorrelieves, dispuestos en dos niveles, relacionan temas similares entre el antiguo y el nuevo testamento.

 Por ejemplo si nos fijamos en la segunda pareja de bajorrelieves por la derecha, en el relieve inferior, vemos a Moisés recibiendo las tablas de la ley, y en el superior, la Virgen, rodeada por los Apóstoles, recibe al Espíritu Santo.


                                                                  Moisés recibe, arriba a la izquierda, las tablas de la ley.


Pentecostés

O, a su lado, en la primera pareja de la derecha, Elías asciende a los cielos en un carro de fuego y Jesús asciende al cielo en la escultura superior.


Elías en el carro

 

                                  Se pueden observar las huellas de Cristo en la roca desde la que se eleva. Qué maravilla de escultura

La Sala es de estilo gótico, claro. Tiene un precioso techo con una clave central con la coronación de la virgen, y doce claves secundarias con las figuras de los apóstoles formando los nervios y terceletes (nervios a las claves secundarias) un efecto estético bastante impresionante.

 

                                                          Clave secundaria con la figura de San Pablo, apóstol de los gentiles.



                                                                                Bóveda estrellada


                                                                         Clave central de la bóveda

Otra interesante particularidad arquitectónica, es el paso del octógono de la parte superior de la sala al cuadrado de la base, que en vez de haberla realizado como es tradicional, colocando trompas en las esquinas –como en el cimborrio de esta misma catedral- , el artista ha colocado aquí una pequeña clave con tres cortos nervios.


                                   Pequeña clave y tres nervios para pasar del octógono de la bóveda al cuadrado de la sala

En dos de las paredes de la sala llama la atención unas cadenas y un artefacto de guerra con punta de lanza y bolas metálicas. Corresponden a las cadenas que cerraban el puerto de Marsella y a un arma utilizada en el asedio.

Recordar que en el conflicto por Nápoles/Sicilia, la corona de Aragón y los Anjou franceses estuvieron casi permanentemente enfrentados durante varios siglos, -con el papado contribuyendo a la discordia según sus intereses-.

En uno de esos conflictos en 1423 el rey de la corona de Aragón Alfonso V “el Magnanimo” –Alfonso III de Valencia-, atacó y saqueó Marsella, que era anjevina (de los Anjou), regalando estos elementos a Valencia. Las cadenas después de estar colocadas entre las columnas de la capilla mayor de la catedral pasaron a esta sala en 1779, colocándose tal como están hoy en 1898.



                                                         Arma utilizada en el ataque a Marsella 

De Marsella también se trajo el rey Alfonso la reliquia de San Luis, obispo de Toulouse, por el que se tenía gran devoción – a pesar de ser un Anjou-, que podemos ver hoy día en su propia capilla en nuestra catedral.

Antes de hablar del Santo Cáliz, vamos a ver otras cosas interesantísimas en esta sala.

Nada más entrar, a nuestra derecha, aparece un cuadro aparentemente inacabado, trata el tema de la adoración de los reyes. Corresponde a una prueba que el cabildo, siempre muy meticuloso  con los artistas, le pidió a otro artista florentino, Nicolás, como paso previo para pintar los frescos de la capilla mayor de la catedral.


                               Divergencias de criterio con el cabildo y la muerte del artista, hicieron que quedase inacabado este cuadro.

Después del incendio en la catedral de 1464, a primeros de la década de 1470 el obispo de Valencia Rodrigo de Borja, luego Papa  Alejandro VI, envió desde Roma a otros artistas italianos a los que el cabildo sometió a la misma prueba, que podemos ver en el pasillo de unión de la sala con la catedral, también inacabado, esta vez porque el cabildo aceptó su competencia como pintores aún sin acabar la prueba.

El tema es la adoración de los pastores y los artistas Francesco Pagano y Paolo de San Leocadio, son los artistas que pintaron los ángeles músicos que se pueden ver en la bóveda del presbiterio encima del altar mayor. Realmente es un fresco pasado a lienzo.


                                                            Adoración de los pastores. San Leocadio y Pagano



                                  Uno de los ángeles músicos pintados por Paolo de San Leocadio y Francesco Pagano en la boveda de la catedral.

Dos cuadros más se pueden ver en esta sala, uno de ellos en vertical de autor anónimo, con el gigante san Cristóbal - portador de Cristo- pasando a Cristo a hombros por el río. Cuadro de principios del siglo XVI.

 

El gigante Cristóbal bajo el peso del niño Jesús pasando por el río.

El otro, de formato apaisado, es de principios del siglo XIX, de Vicente López Portaña, valenciano y pintor de cámara del rey Fernando VII  y de Isabel II. Recoge el momento en que el arzobispo San Juan de Ribera, “está” en el puerto de Valencia en un momento del embarque de los moriscos expulsados del reino de Valencia en 1609.


San Juan de Ribera en el puerto de Valencia

 Vemos en la pared de la derecha al entrar, un púlpito con motivos ojivales. Fue utilizado por San Vicente Ferrer en el aula de teología. Los dominicos fueron los encargados durante casi un siglo, de impartir dichas clases.


                                           Púlpito gótico desde donde instruyó San Vicente Ferrer

En la parte superior del Santo Cáliz, hay una estructura gótica muy trabajada, con abundancia de exuberantes motivos vegetales, con tres estatuas en su parte superior.

 En el centro la Virgen con el niño sobre el brazo izquierdo en una posición relajada de este, apoyando su mano derecha en su pierna que sale del vestido, y con la bola del mundo en su mano izquierda.

A su derecha san Luis, rey de Francia, el constructor de la Sainte Chapelle en París para albergar la corona de espinas de la pasión y un gran lignus crucis, que tiene en la mano la corona de espinas de Cristo, una parte de la cual la regaló como reliquia a Jaime I cuando este conquistó Valencia, reliquia guardada hoy en la catedral.

 A su izquierda está santa Elena, madre del emperador Constantino y "descubridora" de la santa Cruz en Jerusalem.

En la parte inferior, en medio del arco conopial, hay un ángel con filacteria entre las manos, con el texto “CELI PORTA”.



Parte superior del Santo Cáliz

En la pared de la izquierda, antigua entrada al museo de la catedral, debajo del cuadro de Vicente Lopez, hay una puerta con un fantástico relieve de la anunciación, de 1497, con el arcángel Gabriel sobre peana en la enjuta izquierda del arco conopial de la puerta, con su filacteria e inscripción correspondiente en ella.

En la enjuta derecha, también sobre peana, está la Virgen con el libro abierto, en pose de sorpresa, con el jarrón de lirios, símbolo de pureza. En efecto, el Espíritu Santo, quizás está un poco desproporcionado, aunque el conjunto es precioso.


                                                                                             Anunciación

BREVE HISTORIA DEL SANTO CÁLIZ Y SU RELACIÓN CON LA CATEDRAL DE VALENCIA

Según la tradición, esta copa fue llevada desde Jerusalem a Roma por San Pedro donde se siguió  utilizando por los papas en la liturgia. Fue San Lorenzo (de la Parrilla) quien lo envió a Huesca en el siglo III para salvarla durante  las persecuciones del emperador Valeriano de mediados de dicho siglo.

Pasando por varias vicisitudes, llegó al monasterio de San Juan de la Peña en Huesca durante la invasión musulmana., La primera referencia escrita que se conserva donde se nombra al Cáliz es del rey Ramiro II del reino de Aragón, descrito como adornado con piedras preciosas a mediados del siglo XII.

En 1399, el rey de la corona de Aragón Martín el Humano lo reclama al monasterio de San Juan de la Peña pidiendo  expresamente  “el cáliz que utilizo Nuestro Señor en la última cena”.



                                                                       Santo Cáliz detrás de la vitrina protectora.

El papel y significado de las reliquias ha ido evolucionando a través de los siglos, en aquella época eran, quizás sobre todo, un objeto de prestigio además de devocional, seguramente por ese motivo lo quiso para si Martín el humano en el año de su coronación como rey, pasando a ser de su propiedad personal. Así lo sugiere Catalina Martí Lloris en su magnífica tesis doctoral del año 2005.

Después de la donación del Cáliz a Martín el Humano en 1399, Alfonso el Magnánimo necesitado de dinero para sus guerras en Italia, pidió un crédito a Valencia, dejando como garantía, entre otras cosas, el Santo Cáliz. Como no devolvió el dinero prestado, el Santo Cáliz sigue en la catedral de Valencia documentadamente desde 1437.


                                                           Alfonso el Magnánimo. Juan de Juanes. Museo de Zaragoza

El Santo Cáliz, consta de dos partes, la superior es el cáliz propiamente dicho o copa, que es la, presuntamente, usada por Cristo y la parte inferior es un pie colocado en la edad media para resaltarlo.




                                               Foto de la web de la catedral.

El Santo Cáliz fue analizado en 1960, por el catedrático de arqueología de Zaragoza Antonio Beltrán, que llegó a las siguientes conclusiones:

-          El cáliz es una copa de ágata cornalina oriental de los siglos –ii,-i
-          El pie es del siglo x/xii, colocado en el xiv , y tiene una inscripción en árabe cúfico, de taller cordobés o fatimí
-          Las asas y nudos son del siglo xii/xiv, y se colocaron en San Juan de la Peña


 La Inscripción en caracteres cúficos, se traduce  “para el que reluce”, aunque recientemente han aparecido nuevas interpretaciones sobre dicha inscripción.

 El Santo Cáliz ha salido de la catedral en contadas ocasiones: durante la guerra del francés en 1809 viajó a Alicante y entre 1810 y 1813  a Mallorca e Ibiza. Durante la guerra civil de 1936 fue ocultado en Carlet en una casa particular y en el año 1959  fue llevado en una gira por los lugares por los que estuvo en los siglos anteriores, como  conmemoración de los 1700 años de su llegada a España.

En 1964 conmemorando el 25 aniversario de su vuelta a la catedral, también fue llevado el cáliz  a Carlet.

El cáliz se utilizaba en actos litúrgicos importantes hasta 1744. En este año el Santo Cáliz se le cayó a un canónigo durante una de las celebraciones, rompiéndose una parte. Fue reparado con certificación notarial inmediatamente.

 Como consecuencia  de esta caída accidental se dejó de usar, hasta que tanto Juan Pablo II como Benedicto XVI, lo utilizaron durante la liturgia en sus visitas a Valencia en años recientes, siendo los primeros Papas en utilizar este Cáliz desde Sixto II a mediados del siglo III

El Santo Cáliz fue colocado en esta sala en el año 1916, sala que hasta entonces  estaba dedicada al Cristo de la Buena Muerte.



Foto sin calidad sacada de Internet, pero por su valor  vale la pena verla. Cristo de la Buena Muerte en lugar del Santo Cáliz y el retablo “relleno” de cuadros en lugar de los relieves. Todavía no estaban las 16 estatuas.

Desde mi punto de vista, esta sala es una de las joyas artísticas que tenemos en Valencia, vale la pena dedicarle tiempo de atención para valorarla con cierto detalle, devoción aparte.

CURIOSIDADES:

a)      A) Esta capilla, por su monumentalidad, en ciertos momentos fue elegida para celebrar Cortes del Reino en siglos pasados.

      También se utilizó, en este caso por su robustez y consistencia ya que Valencia estaba siendo bombardeada por las tropas republicanas del general Arsenio Martínez Campos, para celebrar reuniones políticas durante la revolución cantonal en 1873, siendo en esta sala donde se votó la rendición de Valencia ante el general Martínez Campos.


                                                      Sello del Cantón Valenciano en 1873

b)      B) Durante el periodo de tiempo en que se construyó esta sala, se construyó también la muralla cristiana de Valencia, en tiempos de Pedro el Ceremonioso, que resistió dos ataques de las tropas castellanas de Pedro el Cruel. De esa defensa vienen las dos L (doblemente Leal) en el escudo de la ciudad.


 Valencia amurallada con las torres de Serrano al frente. Anton Van Der Wyngaerde. 1563. Dibujo encargado por Felipe II

c)      C)  El rey Alfonso el Magnánimo, conquistó Nápoles, en parte con los dineros del préstamo que le concedió Valencia y se quedó a vivir allí, no volviendo a sus reinos de nuestra península. Seguramente encontró allí una corte que le atrajo más que lo que dejó por aquí.

Su amante napolitana, Lucrecia d´Alagno, de la que decía que era bellísima, llegó a entrevistarse con el Papa, el valenciano Calixto III, para pedirle la anulación del matrimonio de Alfonso con su mujer Maria de Castilla, con la que no había tenido hijos. El Papa se lo denegó.



                                                                Busto atribuido a Lucrecia. Siglo XV

Un hijo de Alfonso, fruto de otra relación anterior a Lucrecia, fue, a su muerte, rey de Nápoles con el nombre de Ferrante I de Nápoles, aunque con la oposición del Papa valenciano Calixto III, que, por cierto, falleció menos de dos meses después de Alfonso V el Magnánimo.


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