PALACIO del REAL DE VALENCIA
Plano
de Antonio Mancelli de 1608 con las torres de Serranos a la derecha y el
Palacio a la izquierda. Enfrente del palacio vemos el puente del Real que se había reconstruido
recientemente en piedra.
Este palacio de orígenes musulmanes ocupaba amplios terrenos de lo que hoy es la zona del jardín de Viveros, tuvo varias ampliaciones, remodelaciones y cambios de estilo hasta su final a principios del siglo XIX en el que se ordenó su destrucción con el discutido argumento, incluso entonces, de evitar su posible utilización militar en la Guerra del Francés (o guerra de la Independencia) en 1810. De paso se vendió todo lo posible del palacio para la financiación de la guerra, aunque con los gastos que conllevó el desmontaje, parece que el saldo no fue demasiado alto.
ORIGEN Y BREVE HISTORIA
Nos remontamos a
principios del siglo XI durante la desintegración del Califato de Córdoba pocos
años después de la muerte de Abu Amir- Almanzor- el año 1002 en Medinaceli,
verdadero poder musulmán con el débil califa Hisham II.
Entonces empezó la
creación de reinos independientes de Córdoba llamados Reinos de Taifas. Por
nuestra zona, el Levante o Shark al Andalus, se crearon las Taifas de Valencia,
Denia, Alpuente, Albarracín, Murcia, Almería, Tortosa…..
En el curso de dicha
descentralización, descendientes de Abu Amir, Almanzor, los llamados Amiríes,
llegaron a nuestra relativamente, poco importante Balansiya. Un nieto de Almanzor llamado Abd
Al-Aziz, tomo el poder en 1021 en la Taifa de Valencia y lo mantuvo hasta su
muerte en 1061.
Recreación
de la muralla musulmana del centro del Tossal, con la acequia Rovella en primer
termino
En este largo periodo
de reinado de 40 años, Abd Al Aziz construyó la muralla musulmana de Balansiya
y, entre otras cosas, una Almunia o rahal, esto es, una finca de recreo, situada
en la margen izquierda del rio, al otro lado de la ciudad amurallada, con
jardines, pabellones y con una acequia, la de Mestalla, que lo atravesaba.
Esta Almunia se convertirá con el
tiempo en el Palacio del Real, residencia de reyes cristianos durante sus
estancias en nuestra ciudad. El primero fue el conquistador Jaime I, y más
adelante fue habitado por reyes, reinas, virreyes, capitanes generales…, etc, según
la época correspondiente, hasta su destrucción en 1810.
Este supuesto de la
creación de la almunia es el defendido
históricamente incluso por el erudito e
historiador Manuel Sanchis Guarner fallecido en 1981 , aunque últimamente se defiende la hipótesis de que el origen correspondería a la finca de recreo del
último gobernador almohade Abu Zayd. Sea como sea, el origen musulmán está
fuera de duda.
Estatua
del Cid de Anna Huntington en la Plaza de España en Valencia
Excepción de los
ilustres ocupantes fue el caso de El Cid, que en los cinco años, desde 1094
hasta su muerte en 1099 que estuvo en Valencia, prefirió vivir dentro de la
ciudad, en el antiguo alcázar musulmán o en la calle del Salvador cerca del
rio, según dice la tradición.
Como era el palacio?, bueno, tenemos la fortuna de que
con motivo de la posible visita de Carlos IV a Valencia, en el año 1802, se
encargaron hacer unos detallados planos para efectuar las reformas oportunas,
planos que realizados por el ingeniero militar Manuel Caballero, se encontraron en el año 2006 casualmente: "No iba buscando estos planos porque yo no sabia que existían planos tan detallados del Palacio Real, iba buscando materiales ligados a la presencia francesa en la ciudad de Valencia..." como comentó el mismo descubridor de estos planos en una entrevista del año 2009 el doctor en geografía Josep Vicent Boira Maiques.
Por cierto, que este
autor ha coordinado un libro editado por el ayuntamiento de Valencia, “El Palacio
Real de Valencia” con aportación de datos de gran interés sobre la historia, arquitectura,
etc. de este palacio, donde se encuentran explicados con detalle los planos de
Manuel Caballero de 1802.
Este afortunado
hallazgo, se produjo en el fondo Suchet de Paris, ya que Louis Gabriel Suchet, mariscal
del imperio napoleónico y duque de la Albufera, máxima autoridad de Valencia el
año y medio de la ocupación francesa, en su ordenada retirada de nuestra ciudad
se llevó dichos planos sin que se tuviese conocimiento de ello.
Vamos a ver algunas anécdotas y moradores importantes
en la evolución de este complejo áulico:
Estatua de Jaime I de
Agapito Vallmitjana 1890
El primer rey cristiano en
utilizarlo fue Jaime I que prefirió fijar su residencia fuera de las murallas
de Valencia, aunque cerca de ellas y
bien comunicado con la ciudad, al igual que había hecho en otras residencias
reales como en la Aljafería en Zaragoza.
…… Respondieron ellos (los musulmanes) que les placía, y entonces fuimos a la rambla que había entre el (palacio) real y la torre, donde descabalgamos, y vuelta la cara a oriente, lloraron nuestros ojos y besamos la tierra por la gran merced que Dios nos había hecho”. Llibre dels Feyts de Jaime I, donde narra su entrada a la Valencia conquistada
En este periodo se
apunta la construcción de una capilla y seguramente una ligera remodelación del
edificio. De hecho, el rey de Castilla Alfonso X “el Sabio”, pernoctó en el
palacio en el año 1274 en un viaje a Lyon para defender su pretensión de ser
Rey de Romanos del Sacro Imperio, mientras que su séquito tuvo que quedarse en la
ciudad, seguramente por la pequeña dimensión del palacio en aquellos primeros
momentos.
El hijo y sucesor de Jaime I, Pedro I de Valencia, (Pedro III de la corona de Aragón), apodado “El Grande”, nacido en Valencia, ya realizó trabajos apreciables en el edificio para que lo habitase su esposa la Siciliana Constanza de la familia Hohenstaufen
Retablo
en la capilla de Santa Bárbara en la iglesia de san Juan del Hospital. Según la tradición, curó de lepra a la emperatriz Constanza
Esta princesa, -sobrina
de una emperatriz de Bizancio llamada también Constanza, emperatriz que está enterrada
en la iglesia de San Juan del Hospital de Valencia. Por su memoria se hizo a
finales del siglo XVII la capilla barroca de Santa Bárbara en dicha iglesia- es
la “responsable” de los derechos de la corona de Aragón sobre el reino de
Sicilia que tantos quebrantos y alegrías traerá a través de varios siglos.
Los hijos y sucesores
de Pedro I, Alfonso I de Valencia, Jaime II de Valencia, nacidos ambos en
Valencia y el hijo de Jaime II, Alfonso II “El Benigno” de Valencia, dieron
otro impulso constructivo al palacio adecentando el Llano del Real, el espacio
entre el edificio y el cauce del rio. Llano que serviría como un lugar donde se
celebraban fiestas, torneos, etc.
Después de Alfonso II,
su sucesor, el rey Pedro II de Valencia (Pedro IV de la corona de Aragón)
conocido como “El Ceremonioso”, reinó durante unos 50 años en la corona de
Aragón. Durante su reinado se trasladó
la sala de la Audiencia a dicho palacio en 1361.
En 1347, la reina Maria
de Navarra, primera esposa de Pedro IV, dio a luz a un hijo en Valencia,
falleciendo los dos, el hijo y la reina con pocos días de diferencia.
Pedro IV, se casó
rápidamente con Leonor de Portugal, con la que, en pleno conflicto de la Unión
con aragoneses y valencianos, tuvo lugar un curioso episodio en nuestro
palacio, contado en su Crónica
Estando los reyes en El
Real, repito, en plena revuelta de La Unión, el palacio fue asaltado por una
multitud encabezada por un barbero, un tal Gonzalo, que le conminó a bailar con
la reina cantándoles temas peyorativos, evidentemente una gran humillación para
el monarca. En la Crónica de El Ceremonioso se dice que le cantaba “Mal aja que sen yrá encara ni encara” (mal
haya quien marchará, ahora, ahora)
En 1348 estalló la peste en Valencia,
la primera de ocho epidemias a lo largo del siglo XIV, y los de La Unión
dejaron partir a los reyes camino de Teruel.
No quedaron así las
cosas y después de vencer a la Unión Aragonesa en la batalla de Épila en julio
de 1348, Pedro IV se enfrentó a los unionistas valencianos venciéndolos en la
batalla de Mislata en diciembre del mismo año.
El rey, ya en nuestro
palacio de nuevo, mandó ejecutar a los principales dirigentes de la revuelta de la Unión, y
en cuanto al que le había ofendido en aquel baile, también lo ejecutó cantándole,
según la Crónica, “.. e qui nous
rossegará susara e susara….” (y quien no os arrastrará, después,
después?…). Claro, el tal Gonzalo murió arrastrado y ahorcado
En fin, comentar que
había una campana de bronce con la que se convocaba al pueblo en la revuelta,
pues bien, Pedro IV mandó fundirla y la hizo tragar a algunos de los
dirigentes…..
Por su situación fuera
de las murallas de la ciudad el palacio tenía riesgo de ser atacado
fácilmente, como ocurrió años después, en 1363, en plena guerra de “Los Dos
Pedros”.
Valencia fue sitiada
por Pedro I “el Cruel” de Castilla, incendiando nuestro palacio aunque sin
tomar la ciudad.
Escudo
de la ciudad de Valencia. Doblemente Leal.
Un año después, volvió
Pedro de Castilla también sin éxito, a sitiar Valencia, siendo estos dos
episodios de defensa de Valencia en nombre del rey Pedro IV de Valencia, los
que le valieron las dos L
al escudo de la ciudad.
En 1392, un año y pocos
meses después del asalto a la judería de Valencia, otro inquilino del palacio, el
rey Juan I “el Cazador”, entró en la ciudad “liquidando” las responsabilidades
del pogromo, el asalto violento a la judería de Valencia de 1391.
Durante el siglo XV,
fue importantísima la contribución al desarrollo del palacio de la estancia
durante años en él de Maria de Castilla, la mujer de Alfonso “el Magnanimo”,
casados en 1415 en Valencia por el aragonés Benedicto XIII, el “Papa Luna”.
Desapegado de su
esposa, el Magnánimo tuvo con la siciliana Giroldina Carlino, su primogénito
Fernando o Ferrante que sería su sucesor en el reino de Nápoles, y
posteriormente tuvo como amante estable a la napolitana Lucrecia d´Alagno, con
la que no tuvo hijos. Para ver la importancia de esta relación, Lucrecia
intentó que el papa, que era Calixto III, anulase el matrimonio con Maria de
Castilla para casarse con Alfonso, cosa que el papa setabense no concedió.
Castel
Nuovo en Nápoles, inspiración para la forma circular de las Torres de Quart en
Valencia
Alfonso se dedicó a la
conquista de Nápoles, ciudad que capituló en 1442, entrando en ella de forma
permanente el siguiente año después de haber conquistado todo el territorio peninsular del
amplio reino de Nápoles, se instaló en el Castel Nuovo, y no volvió nunca a sus
reinos aragoneses de los que se había “despedido” varios años antes.
Por cierto, que el
Santo Cáliz estuvo un tiempo en el palacio del Real hasta que fue depositado en
prenda de un préstamo para financiar a Alfonso V sus “aventuras” napolitanas en la catedral
de Valencia, donde sigue al no haber devuelto el préstamo…..
Santo
Cáliz en la sala capitular de la catedral de Valencia
Durante el reinado del
“Magnánimo”, los reinos peninsulares, Aragón, Valencia y Mallorca y el
principado de Cataluña que formaban la
parte “española” de la Corona de Aragón, fueron gobernados unos y otros
intermitentemente por su esposa Maria de Castilla y por su hermano Juan, que
reinó luego como Juan II (fue el padre de Fernando el Católico), a partir del
momento en que el Magnánimo partió a la conquista napolitana, residiendo largo
tiempo en nuestro palacio.
En esa época, el
palacio adquirió una importancia representativa, al ser sede bastante estable
del gobierno de los reinos peninsulares y de Mallorca y establecerse la corte
en él.
Maria fue una gran
gobernante, fiel a su marido el rey en los conflictos internos, a pesar del
distanciamiento personal, sobre todo con Cataluña, pero también mediando con
Castilla en sus interminables enfrentamientos.
Si en 1361 la sala de
la Audiencia se instaló en el palacio, en 1419 se trasladó al palacio también el
Archivo del Reino.
Además de las muchas reformas realizadas en este periodo en el palacio, en 1437 se instaló en una de las torres un reloj “damunt lo terrat del reial".
Otro tema curioso es el establecimiento de un zoológico variopinto en él en época de Fernando el Católico, añadiendo a los leones, etc. ya existentes, gacelas tigres, pavos reales... y demás animales no usuales por estas tierras.
Recreación del Palacio del Real
A primeros del siglo XVI, el palacio tuvo como “inquilina” a la competente Juana de Aragón, hermana de Fernando el Católico y viuda de Ferrante de Nápoles, llamada la “Reina Triste”, que trató de recrear la corte napolitana en nuestro palacio.
Otro momento de esplendor del palacio fue, también en el siglo XVI, cuando en Valencia se estableció después de las Germanías una corte virreinal donde se instaló la viuda de Fernando el Católico , Germana de Foix, casada con el duque de Calabria, Fernando de Aragon, en 1526 en el que fue su tercer matrimonio. Ambos fueron nombrados virreyes vitalicios.
Puente del Real en el plano de Wyngaerde. se nota construido en mampuesto y madera.
Como anécdota del periodo, cuando el emperador Carlos I vino en mayo de 1528 después de acabar Las Germanías, a jurar los Fueros a Valencia, el puente del Real, entonces de madera, se desplomó y más de mil personas cayeron al rio según la crónica..
En 1589 otra gran riada
se llevó de nuevo al puente del Real por delante, reconstruyéndose pero ya todo de piedra estando listo para la
boda de Felipe III en Valencia en 1599
El último gran momento
de esplendor de nuestro palacio fue a la muerte de Germana de Foix, ya que su viudo el
duque de Calabria, Virrey del reino de Valencia, casó con la culta y humanista Mencía
de Mendoza, admiradora de Erasmo de Róterdam, que tuvo contacto estrecho con Luis Vives y
otros destacados personajes culturales en Breda (Países bajos) durante su
primer matrimonio con el príncipe flamenco Enrique Nassau III
Tabla
central del tríptico de El Bosco, con luchas de ángeles y demonios en las
cuatro esquinas
Mencía era una gran
coleccionista de arte y libros, a ella debemos tener en Valencia cuadros como
el tríptico de la pasión, del Bosco (o quizás de su taller), actualmente en el
museo de Bellas Artes San Pio V de Valencia.
Con su marido, constituyeron
una brillante corte renacentista en Valencia, tuvieron una gran biblioteca,
quizás la mejor capilla musical de la corona y se desarrollaron gran cantidad
de acontecimientos literarios y artísticos en el palacio.
Podríamos
tomar esta fiesta en el palacio del Binche, cerca de Bruselas, en 1549 en honor
del príncipe Felipe, futuro Felipe II, como ejemplo del esplendor de las
desarrolladas en nuestro palacio en Valencia en esa
Durante
el virreinato de Fernando de Aragón, el
último en ser vitalicio, se comenzó a construir el monasterio de San Miguel de
los Reyes en Valencia sobre un antiguo monasterio de los monjes del Cister. Fue
regido por monjes Jerónimos (al igual que, posteriormente el monasterio del
Escorial).
Fernando falleció en
1550 cediendo sus bienes al monasterio de San Miguel de los Reyes y Mencía
falleció en 1554, Con ellos se fue el esplendor del palacio y comenzó una época
en la que se reavivo únicamente en función de las visitas reales de los
Felipes, como la visita de Felipe II en 1564 para jurar cortes o la de Felipe
IV en 1645 con motivo de las ultimas Cortes celebradas en Valencia.
Excepción, fue el uso del
palacio en la boda de Felipe III, ya rey, y su hermanastra Isabel Clara Eugenia
con los hermanos Margarita de Austria y Alberto de Austria en abril de 1599 en
la catedral de Valencia, que lo habitaron unos dos meses y medio.
Cuadro del enlace,
oficiado por el Patriarca Juan de Ribera. En la parte central del tríptico se
ve la parte inferior del retablo de plata renacentista, retablo que en la guerra de la Independencia
fue enviado a Mallorca para fundirlo y obtener monedas para financiar la
guerra.
La noche de la boda,
hubo una gran fiesta en nuestro palacio mientras que el domingo siguiente, la
hicieron en la Lonja, donde “regalaron” a los invitados la riquísima vajilla
usada en la celebración. Luego baile en la sala de las columnas en la misma
Lonja.
Durante el periodo
borbónico, a partir de primeros del siglo XVIII, el palacio sirvió como
residencia de los capitanes generales además de seguir usando las salas para
reuniones del Consejo y varias actividades, teniendo lugar varias
remodelaciones para adaptarlo a los nuevos fines.
Grabado de José Fortea de 1738, obsérvese la
modificación de la torre del palacio ya con chapitel y cruz en la parte
superior de la torre. También se ve la entrada a la Alameda (antiguo paseo del
Prado), con las esculturas de Felipe V y de su primera esposa Mª Luisa de
Saboya y también las torres de los guardas a los lados del paseo.
La última gran
intervención en el palacio se realizó con motivo de la posible visita de Mª Luisa
de Saboya, primera mujer de Felipe V, aunque esta finalmente no vino. El que si
utilizó estas reformas fue el propio Felipe V en su visita en 1719 a nuestra
ciudad.
Las últimas reformas fueron hechas a propósito de la visita de
Carlos IV con su familia en 1802 de vuelta a Madrid desde Barcelona donde se
acababa de casar el futuro Fernando VII con su primera mujer, su prima
napolitana Mª Antonia de Nápoles.
Fruto
de esta visita es el cuadro de la familia de Carlos IV con las artes, pintado
por el valenciano Vicente Lopez Portaña.
Vicente Lopez, fue el pintor del retrato de
Goya probablemente más conocido, cuando don Francisco contaba 80 años, un par
de años antes de fallecer en Burdeos.
Posteriormente, estando
mal usado el palacio, llegó en plena guerra de la Independencia el mariscal francés Moncey en 1808 a
conquistar Valencia, cosa que no consiguió. Después de la primera intentona del
mariscal Suchet de tomar Valencia en 1810, el capitán general José Caro Sureda ordenó
la destrucción del edificio para evitar su posible uso militar en otro ataque
francés, como indicamos al principio del post.
Muntanyeta del general Elio y parte de la excavación
del palacio
Fin de un soberbio
edificio histórico en nuestra ciudad y aunque hubo algunos intentos de
reconstrucción, estos no llegaron más que a amontonar ruinas en la llamada
“Montañita del general Elio”.
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