Buscar este blog

viernes, 6 de enero de 2023

Iberos en el levante peninsular

 

 

La cultura Ibera en la península comienza sobre el siglo VI a.C. y desaparecerá con la dominación romana por conquista o por aculturación, con un periodo de máximo desarrollo sobre el siglo IV/ III a.C., periodo previo a la invasión cartaginesa después de la 1ª guerra púnica.       


La Dama de Elche, sin duda el monumento más conocido de la cultura Ibera. Datada sobre el siglo V/IV a.C. en piedra caliza. Seguramente se usó como urna funeraria

Hay que tener presente, que el termino Iberia fue una denominación dada por los griegos, citando a la población peninsular por el rio Iber, termino por el que los griegos designaron también a otra parte de Europa con ríos y tierras fértiles al este del mar Negro. No hay unanimidad entre los especialistas sobre si esta Iber designaba a la totalidad de la península o únicamente a la parte oriental de esta.

 La denominación como Iberos a los pueblos que habitaban aproximadamente desde las cuencas del Guadiana/Guadalquivir hasta Adge, en el sureste de Francia bordeando el Mediterráneo, es relativamente reciente, del siglo XX, debida a arqueólogos, uno de ellos fue Adolf Schulten, el descubridor de Numancia, otros grandes arqueólogos fueron Pere Bosch Gimpera y Lluis Pericot. El mundo romano cambió el nombre a Hispania.

 Historiadores greco/romanos como Avieno, Estrabon, Hecateo de Mileto,Tito Livio, Polibio que, este sí, estuvo en la península y otros, ya describieron la población, geografía, etc. de los Iberos, en general sin haber pisado la península, basado en relatos contemporáneos o anteriores a ellos aunque perdidos actualmente. Estas  son las fuentes literarias que describen a los habitantes cercanos al mar Mediterráneo de la península, para distinguirlos de los más salvajes y barbaros pueblos del interior peninsular, los Celtas. Las fuentes literarias son, en general, anteriores a nuestra era.

De donde proceden o que habitantes y cultura existía antes de los Iberos en nuestra zona?

Origen mitológico:. Si hacemos caso a la mitología, resulta que Tubal, nieto de Noé  e hijo de Jafet, vino a la península Ibérica, siendo el primer rey de la península…..

También el sudoeste de la península está citado en otras mitologías como en los trabajos de Hércules, en el decimo, cuando Euristeo obligó a Heracles (Hércules romano) a capturar el ganado del gigante Gerión, el de los tres cuerpos unidos, que se encontraba en la isla de Eriteia en Tartessos , isla que según el historiador griego del siglo II a. C. Apolodoro, era Gades (Cádiz), creando Heracles, de camino, las columnas de Hércules, el estrecho de Gibraltar…..

                                                              Anfora siglo VI a.C. con Gerión en primer plano

Igualmente en el onceavo trabajo de Hercules, el de llevar a Euristeo  manzanas doradas del jardín de las Hespérides, donde Hera, la esposa del dios Zeus, había plantado un árbol de manzanas de oro defendido por Ladón, una terrible serpiente o dragón de cien cabezas, según que mitología. Bueno, pues según algunos historiadores como el también historiador griego Estrabón, este jardín estaría también en Tartessos, en el sudoeste de la península Ibérica. Por cierto, que Heracles viniendo hacia la península para efectuar este “trabajo”, liberó al titán Prometeo y mató al águila gigante que diariamente le comía el hígado al titán……

    Mosaico de Liria, siglo III a.C. con Heracles, el árbol de las manzanas doradas y tres ninfas , las Hespérides

Vemos la gran importancia que Tartesos, territorio peninsular en el sudoeste de la península Ibérica, por lo menos como mundo remoto y misterioso, tenía en esa época en que la colonización griega se expandió por todo el norte del Mediterráneo.

Hasta aquí la mitología y arrancamos en la etapa del bronce final en Tartessos en el sudoeste de la península, territorio que recibió una gran influencia Fenicia al principio del último milenio antes de Cristo.

 Tartessos  tenía un comercio atlántico antes de la influencia de los Tirios (fenicios de la ciudad de Tiro) con la fundación de Cádiz, entre otras ciudades y la introducción paulatina del aceite, torno cerámico, hierro…. y la escritura. Aunque las primeras manifestaciones encontradas de la fabricación autóctona del hierro es del siglo VI a.C.

Otra gran influencia en el concepto Ibero, es la que proveniente del norte trajeron la cultura de los pueblos indoeuropeos de los Campos de Urnas con la incineración de los muertos en lugar de la clásica inhumación local, con lo que podríamos pensar que las influencias sobre los habitantes autóctonos para denominarse Iberos, sería la suma de la influencia de los fenicios de Tiro , cambiando, cuanto más al norte, por la mayor influencia de la cultura centroeuropea de los Campos de Urnas sumándose la gran influencia griega posterior a la fundación de Ampurias en el siglo VI a.C., aunque ya se comerciase antes de esa fundación masaliota (de Marsella), junto, claro está, a las tradiciones de los habitantes de la zona y mas tarde, la influencia de Roma, claro. El resultado de esta amalgama, seria la que llamamos cultura de los iberos.

Idealización de “Turisme la Costera” del poblado Ibero La Bastida de les Alcusses del siglo IV a.C. en Mogente (Valencia), donde se ve claramente su situación elevada de control de paso y defensa, además de  amurallada. Tuvo una efímera existencia de menos de un siglo

Esta cultura estaba caracterizada por un tipo de construcción de ciudades, oppida, con elección de un enclave elevado, por tipos de decoración cerámica, por lenguas no indoeuropeas, así como por el tipo de escritura, el método de enterrar a los muertos…., los veremos luego con más detalle.

 Ya en nuestras tierras, inmersos en el periodo del bronce tardío,  ya existían poblados con una cultura asimilada en un principio a la argárica del sudeste peninsular, pero con importantes diferencias respecto al sistema de enterramientos, distintos tipos de cerámica, tipo de poblados, etc.

Reconstrucción del yacimiento de Los Millares (Almería), que da nombre a la cultura homónima, anterior a la Argárica, desarrollada entre hace unos 5.000 y 4.000 años

Sobre estos habitantes previos a los iberos, se activa una cierta influencia fenicia a través del comercio, ya que estos no se establecieron en nuestra zona, apareciendo vasijas fenicias, y elementos materiales y culturales de los aportados por los fenicios en el sudoeste peninsular.

Quizás Guardamar de Segura, donde se han encontrado los restos púnicos mas septentrionales en la península, serviría de “frontera” de influencia entre fenicios y griegos, aunque la influencia fenicia cesó en el siglo VI a.C. como consecuencia de  la decadencia de Tiro por la conquista Babilónica de Nabucodonosor II, influyendo quizás también la batalla de Alalia en Córcega entre foceos (griegos) y cartagineses que significaría el fin de la cooperación comercial entre griegos y fenicio/púnicos.  Influencia fenicia que, más tarde, sería sustituida por la también fenicia Cartago.

Llegamos ya a lo que se ha llamado cultura Ibérica que era la propia de una extensión geográfica, no era racial. Ocupaba el territorio costero y sus interiores próximos entre, más o menos, la cuenca de los rios Guadiana/Guadalquivir en el sudoeste de la península y  el rio Herault en Adge en el sudeste de Francia.


                                                                Zona geográfica de los distintos pueblos Iberos

 Desde la cuenca del Guadalquivir o del Guadiana con los Túrdulos y Turdetanos, herederos de los Tartessos, hacia nuestras tierras básicamente bordeando el Mediterráneo habitaban distintos pueblos.

 Nuestra zona, estaba poblada principalmente por tres pueblos, los Contestanos en el sur entre el Segura y el Júcar, con ciudades importantes como Ilici (Elche) o La Bastida de les Alcuses (en Mogente), los Edetanos más al norte del Júcar hasta el rio Mijares, con ciudades como Edeta (Liria) y Arse (Sagunto) o el  yacimiento de Vinarragell en la margen derecha del rio Mijares en Burriana. Más al norte, llegando hasta Tarragona , los Ilercavones, con yacimientos como el Puig de la Nau a unos cuatro km al interior de Benicarló. Más al norte habitaban distintos pueblos Iberos que llegan hasta el sudeste de Francia, ya con mayor influencia de los llamados pueblos de los Campos de Urnas

Vamos a ver una serie de características de estos distintos pueblos.

Fides y devotio:

Guerrero bajando del caballo para rematar a su rival. Necrópolis de Cerrillo Blanco, Porcuna (Jaén)

 En los Iberos, la estructura social con unos señores guerreros en la cúspide estaba ya bastante jerarquizada, existiendo una relación de tipo clientelar entre el rey o el dirigente de un pueblo y su guerreros. En el plano militar existía una costumbre extendida que era la Fides y la Devotio, consistente en un juramento a los dioses para proteger con sus armas y sus vidas a su jefe, y no sobrevivirlo si este caía en la batalla…..fidelidad hasta el fin.

Según Estrabón, “Los Iberos en sus guerras han combatido, pudiéramos decir como “peltastai”, porque luchando al modo de bandoleros iban armados a la ligera y llevaban solo….jabalina, honda y espada

                                                        Falcata y espada recta. Museo de Prehistoria de Valencia

Por supuesto, el arma ofensiva más conocida era la falcata, esa espada curvada de unos 50 cm. de longitud de hoja de doble filo hechas de hierro en tres bandas de una gran flexibilidad y muy efectiva en el combate

 

iberos por europa.- Los Iberos eran un pueblo acostumbrado a combatir, en general entre ellos mismos, que como dice Estrabon “ Los Iberos llevaban una vida de continuas alarmas y asaltos, arriesgándose en acciones de guerrilla, pero no en grandes empresas”, aunque seguramente una vez encuadrados en contingentes más grandes, variarían su forma “desordenada” de combatir.

Detalle del vaso de los guerreros de Liria, donde se ve la ligereza de su armamento. Museo de Prehistoria de Valencia

Quizás por este espíritu combativo, aunque no parece original en aquella época, fueron bastante demandados como mercenarios en tierras extranjeras, citándose ya a principios del siglo V a. C. por ejemplo en Sicilia en la batalla de Hímera entre griegos y cartagineses o en la toma de la ciudad griega (en Sicilia) de Selinunte por los cartagineses a finales del siglo V a.C. o en las guerras entre Tebas y Esparta en el Peloponeso a mediados del siglo IV a.C., en este caso, a favor de Esparta.

Sobre este último tema, Diodoro de Sicilia ( o Siculo) escribe: “.. Envió por mar a Corinto galos e Iberos para auxiliar a los espartanos…..los griegos los emplearon en diversas batallas en las que estos extranjeros se comportaron valerosamente…..los espartanos los licenciaron con grandes muestras de honor….”

Posteriormente, en la 2ª guerra púnica en la península, fueron utilizados por ambos contendientes, romanos y cartagineses en función de sus respectivos pactos.

Escritura.: De los distintos tipos de escritura en la península, en la zona Ibera existen tres tipos distintos.  Se escribía tanto de izquierda a derecha como de derecha a izquierda según la zona, esta forma de mayor influencia fenicia que también se escribía de derecha a izquierda, y los otros, como en nuestra zona, de mayor influencia griega. Se estima que la escritura ibera data del siglo VI a.C., aunque los turdetanos, “sucesores” de los Tartessos ya la conocían anteriormente.

                    Inscripción en cerámica Ibera en zona de Liria. Museo de Prehistoria de Valencia

Hace unos cien años, el arqueólogo granadino Manuel Gómez Moreno, logró descifrar la pronunciación de la escritura ibera levantina, aunque no su significado, basándose en estelas, cerámicas, laminas de plomo y sobre todo en la comparación de monedas tanto iberas como romanas, escritas en latín, emitidas en una misma ceca.

Inscripción ibera sobre piedra caliza con su reproducción. Pico de los ajos, Yatova. Museo de Prehistoria de Valencia

Gómez Moreno, basándose también en estudios previos, identificó que existían algunos signos que correspondían a una letra de nuestro alfabeto, pero otros signos eran de silabas, o sea, que la escritura levantina ibera era un semisilabario. Por cierto, estos signos se utilizaron también en la escritura celta del interior peninsular.

Una cierta unidad de lengua: Es un tema no aclarado por el momento si los Iberos, que recordemos es una denominación mas geográfica que racial,  hablaban el mismo idioma o distintos con una lengua “vehicular”, tipo koiné, de comunicación entre los distintos pueblos, aunque como característica común parece claro (para los especialistas) que no eran lenguas indoeuropeas distinguiéndolos de los habitantes del interior peninsular. Habrá que seguir esperando a nuevos hallazgos y estudios para aclararlo.

Ritos funerarios y dioses: El rito de enterramiento en los iberos era la incineración, aunque se ha encontrado alguna excepcional inhumación de adultos, excepto los niños que eran inhumados debajo de las casas.

Una vez incinerados en piras, se solían introducir huesos y cenizas en urnas, vasijas o incluso en cràteras, si,si, esos recipientes que los griegos utilizaban para mezclar el vino con el agua, para posteriormente enterrarlos en tierra junto con el posible ajuar, además, claro está de recipientes mas trabajados como las “damas”.


                                        Torre de Pozo Moro en Chinchilla (Albacete), datado s. VI /V a.C.

 Estos contenedores se introducían en distintos tipos de tumbas, unas llamadas  cistas, unos huecos bordeados de lajas de piedra y cubiertos con otra piedra plana. También en túmulos de distintos tipos y medidas, o monumentos en forma de torre como el encontrado en Pozo Moro.

Esta torre de Pozo Moro, datada alrededor del año 500 a.C., tiene una serie de grabados de influencia oriental (quizás asiria), que algunos investigadores interpretan como la leyenda de Gilgamesh, incluyendo una hierogamia (quizás de Enkidu con la ramera sagrada…..) excepción en las representaciones iberas. Esta interpretación es muy sugestiva, aunque hay otras interpretaciones de este grabado

                             Hierogamia (unión sagrada) en la torre de Pozo Moro

No se sabe, con certeza, demasiado sobre los dioses iberos si no es por analogía con dioses foráneos, ni existe una homogeneidad entre los dioses de los distintos pueblos iberos ni a lo largo de los, más o menos, seis siglos de cultura Ibera

Una particularidad de los dioses iberos es su carácter anicoico, sin representación antropomorfa, a diferencia de la mayoría de dioses de los pueblos orientales que si que tienen tanto representación antropomorfa de ellos como nombres para los dioses. Se estima que las principales deidades serian femeninas, así como elementos de la naturaleza o cósmicos.

 Para más información, ver el libro “ los Iberos y su mundo “ de Benjamín Collado Hinarejos

Igualmente, no se han encontrado apenas templos monumentales dedicados exclusivamente para su culto, aunque sí que existen lugares votivos tanto dentro de las ciudades y casas como en el exterior como cuevas santuarios.

Otra característica son los pozos votivos, lugar en que se depositaban exvotos tanto para pedir algo a los dioses como para agradecerles lo recibido. Estos eran de muy distinta factura y calidad, existiendo, incluso, una fabricación de exvotos hechos en serie para abaratar costos

Guerrero de Mogente, exvoto de unos 7,5 cm. de alto, en bronce, datado en el siglo IV a.C. Museo de Prehistoria de Valencia

Ciudades.-:Con la civilización ibera bastante jerarquizada, había también una jerarquía entre ciudades siendo la ciudad principal de un territorio un oppidum, buscando algún lugar elevado con control visual del territorio y de fácil defensa, estando amurallado todo el recinto

 Estas ciudades estaban compuestas de casas rectangulares con muros lindantes unas con otras dejando calles rectas entre ellas. En general las  casa tenían uno o dos pisos y alguna más amplia en que, se supone, serviría como punto de reunión, así como algún tipo de lugar votivo en el interior del poblado,

                     Cerradura con llave de madera. Museo de Prehistoria de Valencia

Las casas tenían una base de piedra entre medio y un metro de alto sobre la que se colocaban paredes de adobe o tapial y una techumbre, en general plana o casi, con troncos y cañas cubiertas con una capa aislante para la lluvia, barro seco, arcilla o similar.

En las casas se han encontrado, además del fuego para cocinar, telares, molinos para cereal que se usaban diariamente, en algunas habitaciones se han encontrado herramientas de herrero y escorias metálicas,… , o sea, que tenían una función múltiple, además de cómo vivienda.

Cercanos a estos “importantes” oppida, se crea una red de poblados de menor importancia y tamaño para la explotación y control de los recursos agrícolas y ganaderos.

Además existían otros poblados, mas de tipo militar, de control de paso o defensa en caso de invasión, en general tenían contacto visual entre ellos.

En Valencia, el poblado más interesante de visitar es la Bastida de les Alcusses, bastante excavado y con un buen centro de interpretación y excelentes guías.

        Molino rotatorio de san Miguel de Liria. Siglo III/II a. C. Museo de Prehistoria de Valencia

Muy cerca de Valencia, como ejemplo, el oppidum principal está situado en Edeta (Liria) en el cerro de san Miguel, teniendo poblados como el Tos Pelat, el Castellet de Bernabé, La Seña, etc. como de control agropecuario y ciudades defensivas como el Puntal des Llops en Olocau desde el que se ve el Tossal de san Miguel perfectamente.

En cuanto a las monedas, cuya invención se atribuye a la zona oeste de la península de Anatolia, zona de influencia griega en el siglo VII a.C. ya en forma redonda similar a la actual. Es de destacar que la primera ceca en nuestra zona estaba en Arse (Sagunto), empezando a funcionar sobre el siglo III a.C., acuñando también moneda ciudades como Saitabi (Jativa), Kelin (Caudete de las Fuentes), Kili (Turís) y otras.

Las monedas eran usadas anteriormente, claro, pero eran de fuera de la península o emitidas en ciudades como la griega Emporion en Gerona.

Tipos de cerámicas:  para el estudio de la cultura, tradiciones, evolución … de cualquier cultura antigua, es muy importante contar con algún elemento de esa cultura que permanezca más o menos inalterable en el tiempo como es la cerámica, y que con sus distintas formas y decoraciones de estas permita a los especialistas seguir la evolución de dichas culturas.


  Urna de orejetas, fechada entre los siglos VI/V a.C. Museo de Prehistoria de Valencia

En nuestro caso de la cultura Ibera, la cerámica no es una excepción en ese seguimiento y estudio de la cerámica, sus distintas formas y su decoración en, vasijas, platos, vasos, toneles, cráteras, etc.

Esta cerámica está presente permanentemente, tanto en rituales religiosos como en la vida cotidiana como en tumbas usadas como depósito de incineraciones o en el comercio…..

Se estima que en un principio, la construcción cerámica seria de forma manual, seguramente utilizada para autoconsumo, conociéndose posteriormente  la fabricación con torno rápido, y su utilización comercial, y evolucionando la cocción desde los hornos simples a hornos de doble cámara

           Horno ibérico del “Xalet de Vives”, Liria Museo de Prehistoria de Valencia

La decoración cerámica va evolucionando con el tiempo, aunque no existe un patrón único en toda la franja Ibera, desde unas figuras geométricas sencillas con bandas hasta la decoración figurativa y simbólica, pasando por figuras con animales y plantas, siendo en general de influencia mas fenicia cuanto más al sur y de mayor influencia griega cuanto más al norte y, finalmente, con influencia romana

Un recipiente típico en una primera etapa del periodo ibero, puede ser urna de orejetas, las había de diversos tipos pero con una tapa con “orejas” perforadas para su cierre. Se utilizaba, como indica su nombre, para contener cenizas  después de la cremación.

                      Vaso de los guerreros de Liria, datado en siglos III/II a.C.

En nuestra zona, el tipo denominado, en principio, de Liria-Oliva, es de los de más importancia, como por ejemplo esta vasija con imágenes de guerreros encontrada en Liria. Son decoraciones de estilo narrativo, en este caso de guerreros y en otros con escenas de caza y otras actividades.

En cuanto a la escultura, esta se desarrolla, a diferencia de la mayor parte del resto del mediterráneo que utilizan el bronce o el mármol, en piedra caliza

 

                                                                                   La bicha de Bazalote (Albacete)

Escultura artística, en general funeraria, de gran calidad y diseño, como en los casos de las Damas, de Elche, de Baza. Sedente del Cerro de los Santos……esculpidas, en general, en piedra caliza, como la Bicha de Bazalote, ese toro androcéfalo de grandes ojos y pómulos salientes, fechada en el VI a.C., de inspiración griega.

                                    Dama Baza siglo IV a.C.. Museo arqueológico nacional en  Madrid

 Recordar que tras el accidental hallazgo en el verano de 1897 de la Dama de Elche, un arqueólogo francés metido en el estudio de antigüedades ibéricas, Pierre Paris, la compró, ante la lentitud o desinterés de las autoridades artísticas españolas, para el museo del Louvre en Paris. La Dama volvió a España dentro de un limitado intercambio artístico entre el gobierno francés de Pétain y el de Franco en 1941….

Pero esta desafortunada, aunque legal, venta, motivó que las autoridades empezaran a preocuparse de redactar leyes para la protección del patrimonio artístico…., algo es algo.

 


miércoles, 19 de enero de 2022

El Palacio del Real de Valencia.....anécdotas a su alrededor

 


                                                PALACIO del REAL DE VALENCIA

 

Plano de Antonio Mancelli de 1608 con las torres de Serranos a la derecha y el Palacio a la izquierda. Enfrente del palacio vemos el puente del Real que se había reconstruido recientemente en piedra.

Este palacio de orígenes musulmanes ocupaba amplios terrenos de lo que hoy es la zona del jardín de Viveros, tuvo varias ampliaciones,  remodelaciones y cambios de estilo hasta su final a principios del siglo XIX en el que se ordenó su destrucción con el discutido argumento, incluso entonces, de evitar su posible utilización militar en la Guerra del Francés (o guerra de la Independencia) en 1810. De paso se vendió  todo lo posible del palacio  para la financiación de la guerra, aunque con los gastos que conllevó el desmontaje, parece que el saldo no fue demasiado alto.

ORIGEN Y BREVE HISTORIA

Nos remontamos a principios del siglo XI durante la desintegración del Califato de Córdoba pocos años después de la muerte de Abu Amir- Almanzor- el año 1002 en Medinaceli, verdadero poder musulmán con el débil califa Hisham II.

Entonces empezó la creación de reinos independientes de Córdoba llamados Reinos de Taifas. Por nuestra zona, el Levante o Shark al Andalus, se crearon las Taifas de Valencia, Denia, Alpuente, Albarracín, Murcia, Almería, Tortosa…..

En el curso de dicha descentralización, descendientes de Abu Amir, Almanzor, los llamados Amiríes, llegaron a nuestra poco importante Balansiya. Un nieto de Almanzor llamado Abd Al-Aziz, tomo el poder en 1021 en la Taifa de Valencia y lo mantuvo hasta su muerte en 1061.

            

Recreación de la muralla musulmana del centro del Tossal, con la acequia Rovella en primer termino

En este largo periodo de reinado de 40 años, Abd Al Aziz construyó la muralla musulmana de Balansiya y, entre otras cosas, una Almunia o rahal, esto es, una finca de recreo, situada en la margen izquierda del rio, al otro lado de la ciudad amurallada, con jardines, pabellones y con una acequia, la de Mestalla, que lo atravesaba.

            Esta Almunia se convertirá con el tiempo en el Palacio del Real, residencia de reyes cristianos durante sus estancias en nuestra ciudad. El primero fue el conquistador Jaime I, y más adelante fue habitado por reyes, reinas, virreyes, capitanes generales…, etc, según la época correspondiente, hasta su destrucción en 1810.

Este supuesto de la creación de la almunia es el defendido históricamente incluso por el erudito e historiador Manuel Sanchis Guarner fallecido en 1981 , aunque últimamente se defiende la hipótesis de que el origen correspondería a la finca de recreo del último gobernador almohade Abu Zayd. Sea como sea, el origen musulmán está fuera de duda.

Estatua del Cid de Anna Huntington en la Plaza de España en Valencia

Excepción de los ilustres ocupantes fue el caso de El Cid, que en los cinco años, desde 1094 hasta su muerte en 1099 que estuvo en Valencia, prefirió vivir dentro de la ciudad, en el antiguo alcázar musulmán o en la calle del Salvador cerca del rio, según dice la tradición.

Como era el palacio?, bueno, tenemos la fortuna de que con motivo de la posible visita de Carlos IV a Valencia, en el año 1802, se encargaron hacer unos detallados planos para efectuar las reformas oportunas, planos que realizados por el ingeniero militar Manuel Caballero, se  encontraron en el año 2006 casualmente: "No iba buscando estos planos porque yo no sabia que existían planos tan detallados del Palacio Real, iba buscando materiales ligados a la presencia francesa en la ciudad de Valencia..." como comentó el mismo descubridor de estos planos en una entrevista del año 2009 el doctor en geografía Josep Vicent Boira Maiques.

Por cierto, que este autor ha coordinado un libro editado por el ayuntamiento de Valencia, “El Palacio Real de Valencia” con aportación de datos de gran interés sobre la historia, arquitectura, etc. de este palacio, donde se encuentran explicados con detalle los planos de Manuel Caballero de 1802. 

Este afortunado hallazgo, se produjo en el fondo Suchet de Paris, ya que Louis Gabriel Suchet, mariscal del imperio napoleónico y duque de la Albufera, máxima autoridad de Valencia el año y medio de la ocupación francesa, en su ordenada retirada de nuestra ciudad se llevó dichos planos sin que se tuviese conocimiento de ello.

Vamos a ver algunas anécdotas y  moradores importantes en la evolución de este complejo aúlico:

      

Estatua de Jaime I de Agapito Vallmitjana 1890

El primer rey cristiano en utilizarlo fue Jaime I que prefirió fijar su residencia fuera de las murallas de Valencia, aunque  cerca de ellas y bien comunicado con la ciudad, al igual que había hecho en otras residencias reales como en la Aljafería en Zaragoza.

…… Respondieron ellos (los musulmanes) que les placía, y entonces fuimos a la rambla que había entre el (palacio) real y la torre, donde descabalgamos, y vuelta la cara a oriente, lloraron nuestros ojos y besamos la tierra por la gran merced que Dios nos  había hecho”. Llibre dels Feyts de Jaime I, donde narra su entrada a la Valencia conquistada

En este periodo se apunta la construcción de una capilla y seguramente una ligera remodelación del edificio. De hecho, el rey de Castilla Alfonso X “el Sabio”, pernoctó en el palacio en el año 1274 en un viaje a Lyon para defender su pretensión de ser Rey de Romanos del Sacro Imperio, mientras que su séquito tuvo que quedarse en la ciudad, seguramente por la pequeña dimensión del palacio en aquellos primeros momentos.

Su hijo y sucesor Pedro I de Valencia (Pedro III de la corona de Aragón), apodado “El Grande”,  nacido en Valencia, ya realizó trabajos apreciables en el edificio para que lo habitase su esposa la Siciliana Constanza de la familia Hohenstaufen

Retablo en la capilla de Santa Bárbara en la iglesia de san Juan del Hospital. Según la tradición, curó de lepra a la emperatriz Constanza

Esta princesa, -sobrina de una emperatriz de Bizancio llamada también Constanza, emperatriz que está enterrada en la iglesia de San Juan del Hospital de Valencia. Por su memoria se hizo a finales del siglo XVII la capilla barroca de Santa Bárbara en dicha iglesia- es la “responsable” de los derechos de la corona de Aragón sobre el reino de Sicilia que tantos quebrantos y alegrías traerá a través de varios siglos.

Los hijos y sucesores de Pedro I, Alfonso I de Valencia, Jaime II de Valencia, nacidos ambos en Valencia y el hijo de Jaime II, Alfonso II “El Benigno” de Valencia, dieron otro impulso constructivo al palacio adecentando el Llano del Real, el espacio entre el edificio y el cauce del rio. Llano que serviría como un lugar donde se celebraban fiestas, torneos, etc.

Después de Alfonso II, su sucesor, el rey Pedro II de Valencia (Pedro IV de la corona de Aragón) conocido como “El Ceremonioso”, reinó durante unos 50 años en la corona de Aragón. Durante su reinado se  trasladó la sala de la Audiencia a dicho palacio en 1361.

      
Dibujo de Anton Wyngaerde del palacio del Real. 1563. 

En 1347, la reina Maria de Navarra, primera esposa de Pedro IV, dio a luz a un hijo en Valencia, falleciendo los dos, el hijo y la reina con pocos días de diferencia.

Pedro IV, se casó rápidamente con Leonor de Portugal, con la que, en pleno conflicto de la Unión con aragoneses y valencianos, tuvo lugar un curioso episodio en nuestro palacio, contado en su Crónica

Estando los reyes en El Real, repito, en plena revuelta de La Unión, el palacio fue asaltado por una multitud encabezada por un barbero, un tal Gonzalo, que le conminó a bailar con la reina cantándoles temas peyorativos, evidentemente una gran humillación para el monarca. En la Crónica de El Ceremonioso se dice que le cantaba “Mal aja que sen yrá encara ni encara” (mal haya quien marchará, ahora, ahora)

            En 1348 estalló la peste en Valencia, la primera de ocho epidemias a lo largo del siglo XIV, y los de La Unión dejaron partir a los reyes camino de Teruel.

No quedaron así las cosas y después de vencer a la Unión Aragonesa en la batalla de Épila en julio de 1348, Pedro IV se enfrentó a los unionistas valencianos venciéndolos en la batalla de Mislata en diciembre del mismo año.

El rey, ya en nuestro palacio de nuevo, mandó ejecutar a los principales dirigentes de la revuelta de la Unión, y en cuanto al que le había ofendido en aquel baile, también lo ejecutó cantándole, según la Crónica, “.. e qui nous rossegará susara e susara….” (y quien no os arrastrará, después, después?…). Claro, el tal Gonzalo murió arrastrado y ahorcado

En fin, comentar que había una campana de bronce con la que se convocaba al pueblo en la revuelta, pues bien, Pedro IV mandó fundirla y la hizo tragar a algunos de los dirigentes…..

Por su situación fuera de las murallas de la ciudad el palacio tenía riesgo de ser atacado fácilmente, como ocurrió años después, en 1363, en plena guerra de “Los Dos Pedros”.

Valencia fue sitiada por Pedro I “el Cruel” de Castilla, incendiando nuestro palacio aunque sin tomar la ciudad.

           

Escudo de la ciudad de Valencia. Doblemente Leal.

Un año después, volvió Pedro de Castilla también sin éxito, a sitiar Valencia, siendo estos dos episodios de defensa de Valencia en nombre del rey Pedro IV de Valencia, los que le valieron las dos L al escudo de la ciudad.

En 1392, un año y pocos meses después del asalto a la judería de Valencia, otro inquilino del palacio, el rey Juan I “el Cazador”, entró en la ciudad “liquidando” las responsabilidades del pogromo, el asalto violento a la judería de Valencia de 1391.

Durante el siglo XV, fue importantísima la contribución al desarrollo del palacio de la estancia durante años en él de Maria de Castilla, la mujer de Alfonso “el Magnanimo”, casados en 1415 en Valencia por el aragonés Benedicto XIII, el “Papa Luna”.

Desapegado de su esposa, el Magnánimo tuvo con la siciliana Giroldina Carlino, su primogénito Fernando o Ferrante que sería su sucesor en el reino de Nápoles, y posteriormente tuvo como amante estable a la napolitana Lucrecia d´Alagno, con la que no tuvo hijos. Para ver la importancia de esta relación, Lucrecia intentó que el papa, que era Calixto III, anulase el matrimonio con Maria de Castilla para casarse con Alfonso, cosa que el papa setabense no concedió.

Castel Nuovo en Nápoles, inspiración para la forma circular de las Torres de Quart en Valencia

Alfonso se dedicó a la conquista de Nápoles, ciudad que capituló en 1442, entrando en ella de forma permanente el siguiente año después de haber conquistado todo el territorio peninsular del amplio reino de Nápoles, se instaló en el Castel Nuovo, y no volvió nunca a sus reinos aragoneses de los que se había “despedido” varios años antes.

Por cierto, que el Santo Cáliz estuvo un tiempo en el palacio del Real hasta que fue depositado en prenda de un préstamo para financiar a Alfonso V  sus “aventuras” napolitanas en la catedral de Valencia, donde sigue al no haber devuelto el préstamo…..

            

Santo Cáliz en la sala capitular de la catedral de Valencia

Durante el reinado del “Magnánimo”, los 3 reinos peninsulares, Aragón, Valencia y Mallorca y el principado de Cataluña  que formaban la parte “española” de la Corona de Aragón, fueron gobernados unos y otros intermitentemente por su esposa Maria de Castilla y por su hermano Juan, que reinó luego como Juan II (fue el padre de Fernando el Católico), a partir del momento en que el Magnánimo partió a la conquista napolitana, residiendo largo tiempo en nuestro palacio.

En esa época, el palacio adquirió una importancia representativa, al ser sede bastante estable del gobierno de los reinos peninsulares y de Mallorca y establecerse la corte en él.

Maria fue una gran gobernante, fiel a su marido el rey en los conflictos internos, a pesar del distanciamiento personal, sobre todo con Cataluña, pero también mediando con Castilla en sus interminables enfrentamientos.

Si en 1361 la sala de la Audiencia se instaló en el palacio, en 1419 se trasladó al palacio también el Archivo del Reino.

Además de las muchas reformas realizadas en este periodo en el palacio, en 1437 se instaló en una de las torres un reloj “damunt lo terrat del reial".

Otro tema curioso es el establecimiento de un zoológico variopinto en él en época de Fernando el Católico, añadiendo a los leones, etc. ya existentes, gacelas tigres,pavos reales... y demás animales no usuales por estas tierras.

Recreación del Palacio del Real

 A primeros del siglo XVI, el palacio tuvo como “inquilina” a la competente Juana de Aragón, hermana de Fernando el Católico y viuda de Ferrante de Nápoles, llamada la “Reina Triste”, que trató de recrear la corte napolitana en nuestro palacio.

Otro momento de esplendor del palacio fue, también en el siglo XVI, cuando en Valencia se estableció después  de las Germanías una corte virreinal donde se instaló la viuda de Fernando el Católico , Germana de Foix, casada con el duque de Calabria, Fernando de Aragon, en 1526 en el que fue su tercer matrimonio. Ambos fueron nombrados virreyes vitalicios.

Puente del Real en el plano de Wyngaerde. se nota construido en mampuesto y madera.

Como anécdota del periodo, cuando el emperador Carlos I vino en mayo de 1528 después de acabar Las Germanías, a jurar los Fueros a Valencia, el puente del Real, entonces de madera, se desplomó y más de mil personas cayeron al rio según la crónica..

En 1589 otra gran riada se llevó de nuevo al puente del Real por delante, reconstruyéndose  pero ya todo de piedra estando listo para la boda de Felipe III en Valencia en 1599

El último gran momento de esplendor de nuestro palacio fue a la muerte de Germana de Foix, ya que su viudo el duque de Calabria, Virrey del reino de Valencia, casó con la culta y humanista Mencía de Mendoza, admiradora de Erasmo de Róterdam, que tuvo contacto estrecho con Luis Vives y otros destacados personajes culturales en Breda (Países bajos) durante su primer matrimonio con el príncipe flamenco Enrique Nassau III

            

Tabla central del tríptico de El Bosco, con luchas de ángeles y demonios en las cuatro esquinas

Mencía era una gran coleccionista de arte y libros, a ella debemos tener en Valencia cuadros como el tríptico de la pasión, del Bosco (o quizás de su taller), actualmente en el museo de Bellas Artes San Pio V de Valencia.

Con su marido, constituyeron una brillante corte renacentista en Valencia, tuvieron una gran biblioteca, quizás la mejor capilla musical de la corona y se desarrollaron gran cantidad de acontecimientos literarios y artísticos en el palacio.

Podríamos tomar esta fiesta en el palacio del Binche, cerca de Bruselas, en 1549 en honor del príncipe Felipe, futuro Felipe II, como ejemplo del esplendor de las desarrolladas en nuestro palacio en Valencia en esa época.

            Durante el virreinato de Fernando de Aragón,  el último en ser vitalicio, se comenzó a construir el monasterio de San Miguel de los Reyes en Valencia sobre un antiguo monasterio de los monjes del Cister. Fue regido por monjes Jerónimos (al igual que, posteriormente el monasterio del Escorial).

Fernando falleció en 1550 cediendo sus bienes al monasterio de San Miguel de los Reyes y Mencía falleció en 1554, Con ellos se fue el esplendor del palacio y comenzó una época en la que se reavivo únicamente en función de las visitas reales de los Felipes, como la visita de Felipe II en 1564 para jurar cortes o la de Felipe IV en 1645 con motivo de las ultimas Cortes celebradas en Valencia.

Excepción, fue el uso del palacio en la boda de Felipe III, ya rey, y su hermanastra Isabel Clara Eugenia con los hermanos Margarita de Austria y Alberto de Austria en abril de 1599 en la catedral de Valencia, que lo habitaron unos dos meses y medio.

Cuadro del enlace, oficiado por el Patriarca Juan de Ribera. En la parte central del tríptico se ve la parte inferior del retablo de plata renacentista, retablo que en la guerra de la Independencia fue enviado a Mallorca para fundirlo y obtener monedas para financiar la guerra.

La noche de la boda, hubo una gran fiesta en nuestro palacio mientras que el domingo siguiente, la hicieron en la Lonja, donde “regalaron” a los invitados la riquísima vajilla usada en la celebración. Luego baile en la sala de las columnas en la misma Lonja.

Durante el periodo borbónico, a partir de primeros del siglo XVIII, el palacio sirvió como residencia de los capitanes generales además de seguir usando las salas para reuniones del Consejo y varias actividades, teniendo lugar varias remodelaciones para adaptarlo a los nuevos fines.


Plano del palacio. Padre Tosca de 1704 

 

Grabado de José Fortea de 1738, obsérvese la modificación de la torre del palacio ya con chapitel y cruz en la parte superior de la torre. También se ve la entrada a la Alameda (antiguo paseo del Prado), con las esculturas de Felipe V y de su primera esposa Mª Luisa de Saboya y también las torres de los guardas a los lados del paseo.

La última gran intervención en el palacio se realizó con motivo de la posible visita de Mª Luisa de Saboya, primera mujer de Felipe V, aunque esta finalmente no vino. El que si utilizó estas reformas fue el propio Felipe V en su visita en 1719 a nuestra ciudad.

Las últimas reformas  fueron hechas a propósito de la visita de Carlos IV con su familia en 1802 de vuelta a Madrid desde Barcelona donde se acababa de casar el futuro Fernando VII con su primera mujer, su prima napolitana Mª Antonia de Nápoles.

              

Fruto de esta visita es el cuadro de la familia de Carlos IV con las artes, pintado por el valenciano Vicente Lopez Portaña.

 Vicente Lopez, fue el pintor del retrato de Goya probablemente más conocido, cuando don Francisco contaba 80 años, un par de años antes de fallecer en Burdeos.

Posteriormente, estando mal usado el palacio, llegó en plena guerra de la Independencia  el mariscal francés Moncey en 1808 a conquistar Valencia, cosa que no consiguió. Después de la primera intentona del mariscal Suchet de tomar Valencia en 1810, el capitán general José Caro Sureda ordenó la destrucción del edificio para evitar su posible uso militar en otro ataque francés, como indicamos al principio del post.

Muntanyeta del general Elio y parte de la excavación del palacio

Fin de un soberbio edificio histórico en nuestra ciudad y aunque hubo algunos intentos de reconstrucción, estos no llegaron más que a amontonar ruinas en la llamada “Montañita del general Elio”.